Los labios de mi amada

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Las paredes me contaron...


- "¡Los declaro, marido y mujer!" 


Esta frase es aquella que muchos desean escuchar, otros no pueden esperar, para Jhulia, fue un sueño hecho realidad. Corría el año 1967, Jhulia Gibbens se casaba con su amado, Alexis Florens. Alexis provenía de una familia prestigiosa, la cual, era bastante rica. Jhulia, si bien, no era pobre, su familia no tenía tanto prestigio, de igual forma, el amor de Alexis y Jhulia superaba el dinero y el orgullo de sus familias.

Su boda fue en grande, música, comida para los paladares mas finos y risas de millonarios, fue una fiesta digna de una familia de alto nivel. 

Una vez acabada la boda, Alexis y Jhulia decidieron ir en busqueda de una casa donde harían su vida de cuento, pero no encontraron la ideal, por lo que Alexis,indignado, habló con uno de los vendedores.


- "¿Dónde está el terreno mas grande y hermoso que posee? Lo compraré y le construiré un palacio a mi reina."

- "Disculpe señor, pero no hay ningún terreno disponible..."  - Informaba el vendedor con un tono apenado.

- "Lo compraré por el triple de su valor actual, no me importa"

Así fue como Alexis compró un hermoso terreno a un lado del mar, cerca de la plaza central de la ciudad. Inmediatamente, contrató a los mejores constructores del país y se pusieron a construir una casa enorme, hermosa, con los mejores materiales.  Obviamente, cuando terminaron de construir el hermoso recinto, Jhulia y Alexis no tardaron en mudarse. 

Los primeros meses fueron hermosos, vivian el sueño de cualquier pareja, se reían juntos, bailaban canciones de amor y clasicas, las noches eran apasionadas y los amaneceres únicos.  

Alexis siempre le decía a Jhulia que sus labios eran únicos, los admiraba tanto...

- "Como quisiera tenerlos para siempre",  le decía Alexis a su amada, con un tono amoroso pero un tanto tétrico.

- "Siempre serán tuyos", respondía Jhulia con un tono meloso.

Una noche, las calles no podían estar mas tranquilas, la luna no podía estár mas brillosa y los gritos de dolor de Jhulia no podían ser mas fuertes.

-"Tu me dijiste, que estos labios siempre serían mios",  decía Alexis mientras, lentamente, separaba los hermosos labios de la cara de su amada para posteriormente, besarlos con la misma pasión y amor con la que besaba a su amada mientras lentamente, su llama de vida se iba apagando.


Las paredes de AmelieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora