Hay diversas formas de detener el tiempo y lo has aprendido a lo largo de estos años, porque él ha llegado a enseñarte cosas que desconocías, a intentar ponerle orden al caos que sueles ser en ocasiones.
Hay formas de detener el tiempo: besarle es una de ellas. Como el día qué los sentimientos no pudieron guardarse en el fondo de tu corazón y lo odiaste, porque no podías dejar de preguntarte cómo era posible que creara toda una revolución dentro de ti. Y fue ese mismo impulso el que hizo que una tarde de abril, a medio discutir, le gritaras que estabas enamorada de él.
Luego callaste, esperando lo peor. Viste, ante tus ojos, romperse el extraño lazo que habían formado en todos esos meses de convivencia. No eran amigos, claro que no, porque él siempre había sido bastante frío con todos e incluso llega a pecar de indiferente y lo sabias. Por eso no te explicabas cómo fue que terminaste totalmente perdida en el ámbar de sus ojos; mirándolo como si fuera el único que pudieras mirar en esa vida.
Y esperas su comentario rechazando tus sentimientos o incluso algo peor, esperas que te diga que a partir de ese momento deberían poner distancia entre ambos. Lo esperas con tanta fuerza que no eres consciente de los puños cerrados que has hecho, tampoco de las lágrimas que se niega a caer por tus orbes porque el rechazo evidente, duele.
Pero nada de eso llega y Sesshōmaru Taishō como el hombre enigmático que es, termina sorprendiéndote cuando te toma de la mano y te atrae ante él, abres los ojos con fuerza y no puedes evitar preguntarte si es real. Si están tan juntos como has soñado con anterioridad o si no es una especie de broma demasiado pesada.
Sin embargo, cuando sus labios se posan en los tuyos y detiene el tiempo, sabes que nada de eso es un sueño y que es tan real y palpable que las lágrimas de angustia cambian a una de felicidad. Porque el hombre de pocas palabras y un corazón (aparentemente) de hielo, te está diciendo tanto con un solo contacto, con el hecho de que te sostenga como si quisiera decirte que ya no hay nada que temer, que tus sentimientos son correspondidos.
Y tu terminas enrollando tus brazos en su cuello, atrayéndolo más hacia ti, deseando que ese momento no termine y se vuelva tan eterno como quieres grabarlo en tu mente para repetirlo una y otra vez. Pero no es necesario cuando sientes sus manos con firmeza en tu cintura, como si te estuviera diciendo que a partir de ese momento, no te dejará ir.
Y tu solo puedes pensar, que no importe cuanto tiempo pase, jamás desearías que esos momentos terminaran.
Tu y él son como dos polos completamente opuestos, por lo que el inicio de su relación pasa de boca en boca de todos los que los conocen y se preguntan cómo es posible que se encuentren en una relación y tu, en secreto, también te preguntas lo mismo. ¿Cuándo fue que los sentimientos se volvieron mutuos que jamás fuiste capaz de verlos? No obstante, en aquella cafetería, uno frente a otro en su mundo (aparentemente) sólo puedes agradecer a la pelea sin sentido que formaron y a tu corazón traicionero que decidió gritarle que te gustaba.
ESTÁS LEYENDO
Magia
FanfictionEl tiempo a su lado siempre se detenía, era como magia. El fandom de InuYasha y sus personajes no me pertenecen. Historia también disponible en Fanfiction, yo soy la autora. Este One Shot fue parte del reto relámpago de la página "Es de Fanfics"