Después de ti, estoy yo. [Brangie]

XIV• Belleza

Las enfermeras no estaban mirando tan siquiera la vacía camilla que había destrozado a la omega. Estaba vacía. VACÍA.

Brisa temía pestañear y perderse a si misma, temía que fuese una de esas veces en las que estad soñando y en realidad es que estas viendo el futuro.

Temía. Dolía.

Las enfermeras intentaron tomar a Brisa, a lo cual la omega se dejó dócil. Demasiados olores mas fuertes que el suyo como para oponerse a nada.

Se sentía mojada y sucia, obsoleta y perdida.

—¿Quien eres linda?— una enfermera de nombre 'Maggie' en su túnica, le habló.

—Mm..Soy

—Todo estará bien, cariño.— se apresuró a alentar otra joven, 'Marie'.

—¿Angie Velasco?— logró formular Brisa, al ser tomada por sus ante brazos y conducida a la salida. En un completo estado de shock.

—Ella de seguro esta bien.

Caminaron por el pasillo, donde una camilla móvil se acercó. Detrás de ellos Luli y Martina la veían desconsoladas. ¿Que pasa?.

Entonces perdió el conocimiento.

Parpadeo unas últimas veces, sintiendo el tacto de la mano de Luli a su lado. Como su cuerpo era transportado a un nivel mas alto y sentía bajo sus manos las sábanas de una camilla.

—¡Brisa!,¡acá estoy?

Reclinada en la camilla podía distinguir la silueta de Angie, detrás de un ventanal mientras se esfumaba en sus vagos pestañeos.

—regazza..

•••

¿Acaso así iba a terminar?, no.

•••

En la sala de recepción una muy molesta y llorosa Lourdes quería respuestas.

—¿¡A que maldita habitación de este asqueroso hospital fue trasladada?,¿¡huh?!

—deberías de calmate..— susurro en su oido Martina, incluso usando su voz de alfa, era incontrolable.

—Y-yo creo que esta en la 304..— pronunció al recepcionista asustada—..Debería tranquilizarse, por su cría.

Por un momento lo había olvidado, estaba soltando un olor fuerte y penetrante. Las hormonas.

—No me diga que mierda hacer.

Tomo el mismo ascensor que Brisa hoy y marcó la planta 3.Martina seguía sus pasos.

Solas allí dentro se sintieron respirar, por primera vez en toda la mañana. Martina se aproximó a la chica y tocó su vientre, proporcionándoles calor a ambas. Luli se recostó en su pecho y se relajó levemente.

—Luli.

—¿Mmm?

—¿Puedo saber de quien es?— preguntó, cortando la tranquilidad y provocando temblores en Lu.

—No se si quiero hablar de eso, Mar.— vociferó cabizbaja.

—No eu— tomó su barbilla con sus manos y la elevó, haciendo que sus obres verdes brillaran con la luz blanca del ascensor—. No tenes que explicarme nada, lo que sea, es perfecto.

Luli se abalanzó unos centímetros para alcanzar sus labios. Totalmente inmersa en los ojos de Martina. Depósito un beso.

La puerta se abrió y se encontraron con una Brisa, totalmente traumatizada y horrorosa. Llena de miedo y de ansiedad, perdida en su propio mundo.