El demonio que me poseyo

42 1 1
                                    

+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+º+-/_\-+

Solo tome el cuchillo, eso es todo lo que tuve que hacer para iniciar mi descenso.

Nunca fui partidaria de la muerte, nunca disfrute de los ritos macabros que los de mi pueblo realizaban a los suyos o a otras criaturas por simple lujuria de la sangre y el dolor. Era insoportable. Y aun asi estaba sosteniendo el cuchillo igual que ellos.

Mire sobre mi hombro a aquella persona que me considera suya, cada musculo resaltaba, las articulaciones parecían brillar ante mi como suplicando que las separara. ¿Qué mas podía hacer? El empezó lo que yo planeo terminar, el fue quien me arrastro a ese repugnante mundo de dolor.

La hoja entre mis manos temblaba deseosa de sangre y yo igual pero deseosa de venganza, mis pasos fueron sigilosos sobre la raída alfombra, oculta por los sonidos que el producía, era invisible a sus ojos y oídos. Eso me convenía mucho.

¿Qué pudo atraerme a esta lujuria de muerte? Fue la llegada a una casa destruida y a mis hijos muertos. El negó todo pero vi las pruebas, ellos me obligaron a verlas y saber que pasaria, robó lo que se considera sagrado en la comunidad, la inocencia de otro menor, su vida. Por ello tomaron a mis niños. Ojo por ojo, diente por diente. 

Sigue mirando la tele maldito cerdo, cree que estas a salvo en esta casa derruida que busque renacer por ser tu esclava. Mientras pienses eso mi cuchillo tendrá mas oportunidades de perforar tu podrido corazon.

-¿¡Pero que...!?

-¡Bastardo!

Clave el cuchillo salvajemente, se hundio de un modo delicioso en su carne y la música de los huesos rotos era ocultado por las risas en el televisor, era momento de darles un espectáculo.

En defensa quiso apartarme pero algo en mi me hizo mas fuerte apartando sus manos gruesas que antes me habían golpeado, extraje el arma volviendo a clavarlo en cualquier parte que le perteneciera, el metal zigzagueaba enfebrecida por mi mano bebia su sangre, cortaba su carne. Mas veces de las que podía contar es que logre mi cometido.

Ya no importaba si sus manos cayeron a los costados o si sus ojos dejaron de brillar, que dicha era ver como se desparramaban sus órganos o la sangre saltaba sobre mi ropa. Cada señal era profunda sobre lo que acababa de pasar pero era ciega a eso no queriendo perder mi diversión.

Todos esos años de servilismo habían salido, ya nada me detenia y eso hice notar en el.

Agotada por los esfuerzos cai de su regazo jadeando ruidosamente, el olor nauseabundo me rodeaba pero no lo registraba. Mi mano paso por mi frente enjugando el sudor depositado pero solo lo sentia mas mugriento. Con un ultimo suspiro me sente a observar mi obra.

Ya no veía a un humano, una persona o un ser. Lo único que observaba era una masa de basura esparcida sobre el sillón desvencijado por el uso descuidado. Alrededor la sangre me recordaba que la limpieza era imposible, desvie mi mirada a mis ropas empapadas de ese liquido espeso y solo quise una ducha.

Mis emociones parecían haberse muerto o encerrado en algun lado dentro mio. Con los musculos doloridos por el esfuerzo tuve que ir a gatas para el pasillo a donde estaba el baño, atrás solo quedaba un televisor en alto volumen cuya programación termino quedando solo el crepitar.

Abri la llave de la ducha, me despoje la ropa cayendo ruidosamente en el suelo de la bañera. El agua golpeaba mis cabellos y piel como un raro consuelo. Solo que no escuchaba sus palabras de aliento. Con pereza agarre una esponja y jabon frotando las costras que estaban secándose en mi cuerpo, tras esa larga tarea siguio mi cabello hasta dejarlo del negro reluciente que era.

Sueños y pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora