¿FIEBRE?

876 88 95
                                    

Cualquier ser pensante no hubiera asistido a aquel compromiso, amenos que fuera tan idiota como el, pero ahí se encontraba, mirándose al espejo, arreglando el esmoquin que traía puesto.

- ¡Wuou! bro... te vez genial - un pelirrojo se asomó en aquel cuarto. - Así vestido le robaras la novia o novio a cualquiera, créeme.

- Si pudiera robarme al novio estaría genial - dijo con una sonrisa burlona, pero con cierta tristeza en su voz.

- La verdad, no pensé que me pedirías llevarte .

- Hay sorpresas en la vida. - aquellas palabras fueron soltadas en un suspiro.

La verdad nunca pensó asistir a aquel compromiso, de hecho nunca se le pasó por la cabeza.

Pero el más que nadie sabía que si no lo veía con sus propios ojos y no lo asimilaba, el sentimiento del poder recuperarlo algún día seguiría presente, y ya no quería, ya no quería seguir sufriendo por aquel acontecimiento que paso hace más de 10 años.

- Bro... yo te recomiendo que no te obligues, solo te aras más daño.

- Kirishima... puedo hacerlo, quiero hacerlo y lo voy hacer.

- ¿Estas seguro?

- No - agarro las llaves de su auto e hizo una señal para que lo siguiera- Pero tengo qué.

Su amigo no dijo nada más, sabe que no podrá convencerlo de lo contrario, ya hizo de todo, pero sus esfuerzos fueron en vano. Solo asintió y subió al carro para dirigirse a la boda más esperada.

Todoroki Shoto se casaría nada más y nada menos que con Hitoshi Shinso.

Nunca pensó que su corazón podría latir con tanta rapidez, sus manos empezaban a sudar, tenía miedo de explotar el carro mientras su respiración se aceleraba cada ves que se acercaban más al lugar indicado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nunca pensó que su corazón podría latir con tanta rapidez, sus manos empezaban a sudar, tenía miedo de explotar el carro mientras su respiración se aceleraba cada ves que se acercaban más al lugar indicado.

- Bakugo... mira cómo estás, enserio no tienes que hacerlo, puedo dar media vuelta e irnos a donde quieras.

- ¡Maldita sea Kirishima! Lo voy hacer, voy a entrar ahí, voy verlo casarse y voy a despedirme de estos malditos sentimientos de una ves por todas.

- Como tú digas.

Kirishima podía oírlo claramente, estaba decidido como asustado, pero no replicó más, apenas estacionaron el carro, no había vuelta atrás.

Aún que aún no avían entrado del todo, desde aquella posición donde se encontraban podía apreciar su interior.

El lugar era muy bonito y estaba muy bien decorados, había mesas blancas con sombrillas a juego en aquel hermoso jardín, había una mesa llena de bocadillos especiales donde en el centro se encontraba una fuente de chocolate blanco con fresas a su alrededor.

FIEBRE (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora