𝑆𝑃𝑅𝐼𝑇𝐸

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Min Yoongi

"Lo que mal comienza, ¿mal termina?".

Era algo que decía mi madre bastante seguido cuando era pequeño, aún más cuando hablaba de mi padre que nos abandono.
Y deteste esa frase porque siempre que algo salía mal en mi vida me venía a la mente de manera automática.

Llevo un año completo viviendo en los Estados Unidos.
Apenas y hablo inglés y lo poco que se lo empleo en decir oraciones sencillas,
tenia un empleo como fotógrafo que, aunque mal pagado me daba para pagar la renta y comer por lo menos 2 veces al día, y me acaban de despedir como muchos más porque el periódico está teniendo serios problemas por quejas dado que últimamente había muchas noticias amarillistas.

Ahora doy pasos desganados arrastrando los pies, en una de las calles más atestadas de personas en la gran manzana y miro al cielo lleno de nubes grises, está a punto de llover.

Hace varios meses que vivía a las orillas de New York; en Manhattan, una de las ciudades más importantes del mundo, a pesar de las rentas elevadas y de la contaminación por la sobrepoblación y la xenofobia, había sido "optimista" con respecto al trabajo de fotógrafo para un periódico local con noticias aburridas y secciones que eran copias de periódicos grandes como el New York Times.

Llegó al pequeño apartamento que rento y me tiro sin ganas al sofá, sin siquiera prender el televisor o mirar el móvil, cierro los ojos y respiro tan hondo como puedo que me duele el pecho,me dejó llevar un momento.
Cuando vuelvo en si miro a mi alrededor, mi vieja guitarra aún está en una de las esquinas llena de polvo, mi portátil apenas funcional se encuentra en el pequeño escritorio y mi mochila de trabajo con mi cámara aún está colgando de mi hombro izquierdo.

Comienza a llover y decido ir a dormir después de cenar un poco de cereal y una mandarina.

Para la mañana siguiente tengo un pequeño plan y salgo del apartamento a buena hora de la mañana.
Traigo conmigo mi guitarra, mi cámara y el objetivo de poder encontrar un empleo mientras deambulo por las calles cerca de Central Park.

Camino cerca de las tiendas departamentales y tomo una que otra foto en libre solo por hacer algo, me quedo un momento en una banca y afino mi guitarra mientras canto algo que yo mismo escribí cuando tenía al menos 17 años.
Suena melancólica,ahora que la escucho de nuevo y doy un giro drástico cambiando el ambiente del sentido de la música y entonó una canción que había escrito apenas hacia 3 semanas.
Cuando termino de cantar unas pocas monedas junto con un billete de dólar se encuentran en la funda de mi guitarra y los tomo guardandolos en mi bolsillo derecho.
Me hace recordar al tiempo en el que huí de casa, pero decido no detenerme en esas emociones en este momento y continuo el camino.

Voy caminando, así termino inmerso en las calles, tomando fotos y tarareando algo que podría ser una nueva canción así que hago un par de notas mentales.
Me siento en la banqueta y miro lo vacío que se encuentra todo por ahí, salvo por la música lejana y una que otra persona que sale de alguna de las puertas.

Enfoco mi cámara hacia todos aquellos lugares que veo y me rindo al notar que ya no hay nada que quiera capturar, así que comienzo a mirar arriba, y mientras un rayo de sol me deslumbra en el rostro dándome con su luz directamente en los ojos,una persona aparece.
Se encuentra en el segundo piso del edificio que está situado delante de mí, mirándose al espejo y moviendo cada una de sus extremidades, levantando la mano y acomodando el gorro de lana que lleva en la cabeza.
Ladeó la cabeza y observo fijamente durante un momento .
Levanto mi cámara y está vez lo miro en la lente, capturó cada uno de sus movimientos en segundos y aún al bajar la cámara a mi regazo sigo mirando la forma en la que se mueve.
El baile, una forma de arte desconocido para mí.

𝑃𝐻𝑂𝑇𝑂𝐺𝑅𝐴𝑃𝐻𝐸𝑅 𝒚𝒐𝒐𝒏𝒔𝒆𝒐𝒌/ 𝑺𝑶𝑷𝑬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora