De las noches y sus dolores.

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La noche había transcurrido con naturalidad, cepillé mis dientes y me miré en el espejo, era la viva imagen del cansancio, ojeras pronunciadas, tan pronunciadas que podrían contarte sus propias historias si las dejaras, mi cabello estaba desordenado pero después de todo ¿a quién carajo le importaba?, mis dientes se estaban gastando por los cigarrillos que consumía día tras día y aun seguían tardando en matarme, miré mis ojos rojos de las orillas por las ganas de llorar que tendría que aguantar hasta poder estar sola, hice un pequeño rodete con mi cabello y lo sujete con la liga que siempre traía en mi muñeca izquierda. 

"¿Es esta la clase de vida que quiero vivir?", me preguntaba a mi misma mientras escupía el agua en el lavabo y me secaba la boca.

Caminé unos pasos y fue como caer en la realidad cuando vi mis manos, estaba demasiado absorta en mi mente como para haberlas notado antes pero estaba en los huesos como coloquialmente expresan las personas, podía ver mi piel pegada al hueso... lo peor, es que eso ya no me importaba, ya no necesitaba ser la chica de buen cuerpo porque en algún momento de todo este viaje de mierda aprendí que nunca lo sería, ya no me interesaba ser la chica popular, o la más lista, o la más destacada, o la "más" de cualquier maldita cosa porque cada día me daba más y más cuenta de que eso no era lo mío, pero... ¿qué era entonces lo mío?, ¿qué era yo?, ¿significaba algo mi existencia en este cumulo de existencias ya vacías por la desolación de la miseria de no encontrar lo que otros llaman felicidad?

Cuando mi mente dejó de estar absorta ya estaba en mi cuarto, mi vida ya era un piloto automático que se preocupaba por todo... por todo menos por vivir en sí.

La vida para mi en este momento era todo aquello que pasaba mientras nosotros intentábamos descubrir cuanto era dos más dos en matemáticas, ¿por qué? en filosofía, ¿quién fue? en historia, ¿dónde fue? en geografía, y demás estupideces de conocimiento general que realmente no nos enseñaban como lidiar con la muerte de nuestros amigos por accidentes, enfermedades o el suicidio, esas estupideces que no hablan sobre el desempleo al egresar, sobre como ser personas que no necesitan humillar a otras para sobresalir, esas estupideces que en realidad solo nos obligan a retener en la mente pero no nos hacen más humanos, no nos llenan el alma...

Mi mente está divagando en que tal vez las cosas serían diferentes si yo misma hubiese apoyado mi arte, pero en lugar de eso formo parte de un sistema roto que jamás ha sido respetado y cada quien juega a entenderlo como mejor le plazca, y honestamente creo que así podría entender la universalidad de cualquier oficio en el mundo porque no encuentro sentido a muchas cosas en este punto de mi vida, la filosofía me ha fallado ya que en realidad hoy no tengo un porque, y dentro de mi actitud de arduo dolor y tristeza trato de pensar que si sigo intentando tal vez consiga más porqués o me estanque en uno solo y deje de caminar porque eso hacemos las personas necias y obstinadas como yo, tratar de entender un nada queriendo que sea un todo porque nos negamos a aceptar que estamos en un error, espero que eso en algún momento desaparezca o se vuelva más tenue, estoy cansada de tener que fingir que nada duele y siempre tengo la razón en un mundo donde ninguna maldita verdad es absoluta, donde en realidad no se puede tener seguridad de nada más que de la muerte y ni siquiera se tiene el puto dato completo porque uno no sabe cuando es que su atolondrado, roto, enamorado o podrido corazón dejará de latir.


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⏰ Última actualización: Feb 28, 2021 ⏰

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