ᴜɴᴀ ɪᴍᴀɢᴇɴ | (ᴇʀᴇɴ x ᴛᴜ)

𝐈

POV Eren:

Aquel día comencé a buscarla. Ni siquiera sabía si era real.

Simplemente empecé a recorrer cada callejón, de cada calle, de cada ciudad. Por muy insignificante que fuera.

La curiosidad carcomía cada parte de mi cuerpo, aún más en mi cabeza. Cada vez que cerraba los ojos veía lo mismo.

Aquella imagen...

Armin y Mikasa estaban cada vez más preocupados. Salía cada tarde a buscar y regresaba entrada ya la madrugada del día siguiente. No lo comprendían. Aquella imagen conseguía borrar de mi mente todos aquellos recuerdos y sucesos que pude ver. Encontrarla se había vuelto una prioridad para mí.

*flashback*

Me encontraba arrodillado junto al capitán, el cual tenía sujetada la mano de la nueva reina de las murallas, Historia Reiss. Ninguna preocupación recorría mi mente, solo esperaba el momento de que mi turno llegara.

Noté como la figura de mi excompañera se colocaba frente a mí y extendía levemente una de sus manos. La tomé tranquilamente y la acerqué a mis labios. Cuando estos hicieron contacto con su piel, provocaron un pequeño destello amarillo, que acabó por sumergirme en mi cabeza.

Recuerdos. Los que eran míos y los que no lo eran. Por mi mente pasaban grandes cantidades de información. Imagen tras imagen mis pensamientos se iban tornando más oscuros y más me golpeaba la realidad. Sentía como lentamente la cordura se resbalaba entre mis dedos, haciéndose nula por momentos. Poco a poco todo se iba haciendo más borroso, aquellas imágenes perdían color y significado.

Y una última se quedó allí, aferrándose a lo más profundo de mis entrañas. Aquella imagen no poseía nada de especial, sus colores no eran ni fríos ni cálidos; su paisaje era una simple pradera, nada que no hubiera visto nunca; el cielo no estaba nublado, pero tampoco estaba muy soleado; la mujer, no era nada especial, sus ojos eran de un color marrón claro, acompañado por una nariz algo redondeada y unos labios finos, de un color rosado brillante. Su pelo estaba cortado a la altura de sus hombros, y estaba ligeramente despeinado.

Como dije, no habia nada de especial. No me provocaba nada. Tristeza, alegría, tranquilidad, desesperación... no había nada de eso. Pero decidí aferrarme a aquella imagen. Sí, me causaba curiosidad saber quien era aquella persona. Quería saber por qué la había visto. Pero no era solo por aquello.

*Fin flashback*

Y aquí estoy yo, buscando entre la multitud esa cara. Buscando en cada mujer aquellos cabellos, para luego observar sus ojos. Muchas de ellas tenían los ojos marrones, pero ninguna del tono que buscaba.

Esta era la última ciudad que me quedaba, ella no podía estar en otro lugar. Volví a recorrer cada callejón, de cada calle, de cada avenida. No encontré nada. No sabía que mas hacer, por lo que, con la cabeza agachada, volví hacia mi caballo.

Seguramente Armin y Mikasa se encontraban histéricos porque no había regresado. Probablemente Levi me pondría a limpiar por llegar tarde. Quizá Sasha y Connie habían hecho enfadar a Jean.
Todo son probabilidades.
Menos de encontrarla.

-Eh tú! Sé que estás ahi escondido!- ví a un niño pequeño gritarle a una roca. ¿Desde cuando los niños hablan con rocas?.

Tras unos segundos, vi como otro niño movía la roca y salía de detrás de esta. Aquella escena me resultó algo familiar, pero no podía recordar de qué.

Seguí caminando hasta encontrar a mi caballo, emprendiendo el viaje de vuelta al cuartel.

Durante el viaje observé como el cielo iba tomando diferentes tonalidades. Las nubes tomaron el color del arrebol, creando sombras rojizas y anaranjadas. Realmente aquel atardecer era precioso, podría estar disfrutandolo con mis amigos, pero aquello me daría demasiada nostalgia.

¿Por qué seguía buscandola?

¿Por qué la vi a ella?

Podría decir que todo era curiosidad, pero sería mentira.
Sabía perfectamente que su imagen mantenía la cordura ligada a mi. Tenía la sensación de que olvidarla daría paso a un camino cuyas baldosas se irían tornando cada vez más oscuras. Porque buscarla era lo único que me mantenía atado a aquel lugar.