—¡Sebas entra! —Gritó exaltado uno de los chicos, acompañando sus gritos con las alertas en el minimapa—. Rápido que están solos —el sonido de las alertas estaba por volver locos a sus demás compañeros.
Los cinco campeones entraron en batalla, era un 3vs5 que no podían perder.
—Sebas, el stun para el Varus, está pegando demasiado duro —sugirió el adc aliado, quien tuvo que alejarse para evitar su muerte.
—¡Eso! ¡Ganamos!
Un enorme letrero azul apareció en la pantalla anunciando la victoria. Los cinco chicos se levantaron emocionados, buscando a su entrenador que los abrazó enseguida.
—Muy bien, muchachos —todos se habían unido en un abrazo grupal—. Sabía que este torneo sería nuestra oportunidad para darnos a conocer —el entrenador se apartó de los jugadores—. Pasamos a la final, solo queda un juego más y ganamos.
Ninguno de los chicos podía ocultar su felicidad. Todavía no podían creer que sus sueños de ser jugadores profesionales se pudiesen hacer realidad. Era algo que en el pasado veían imposible, utópico.
El equipo, como sabrán los conocedores de League of Legends, contaba con cinco integrantes, todavía no tenían suplentes porque apenas estaban comenzando. Antonio, conocido como Ummagumma en el juego, era el mayor de todos, líder del equipo y se desempeñaba como Jungla; Julián, también llamado Lobezno por su parecido a Wolverine, era el Mid; Cristian, cuyo nombre de jugador era High, era el Top; Gabriel, Hopes, hermano de Cristian, era el Adc; finalmente, Sebastián, quien se había puesto SebasChan, por sugerencia de su esposa, era el Soporte.
—Esto hay que celebrarlo —dijo Sebastián con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Entraron a una pequeña sala en la que los jugadores podían descansar mientras se presentaban otros eventos en la tarima—. ¿Seguros que no es un sueño? Pellízquenme porque de verdad no lo creo.
Uno de sus compañeros tomó sus palabras muy en serio y apretó con fuerza el poco de carne que podía agarrar de su brazo. Sebastián respondió con un chillido.
—Es de esos sueños que tienes despierto —habló el líder del grupo—. Nos esperan cosas maravillosas. Prepárense porque esto apenas comienza —agregó entrelazando sus dedos de ambas manos y apretándolas con fuerza—. Este torneo es nuestro. Cuando ganemos estaremos listos para competir a nivel internacional. ¿Se imaginan? Y mis padres diciendo que no iba a servir para nada —soltó una risa.
El ruido de la puerta interrumpió nuestra conversación. Todos giramos nuestros rostros hacia esta, casi de forma mecánica.
—Chicos, tenemos que salir para presentarnos con el otro equipo que pasó a la final con nosotros —era nuevamente el entrenador—. Estará difícil.
—¿Quiénes son? —inquirió el mayor mirando a sus compañeros con entusiasmo—. Espero no sean Death Squad, me dan miedo. Nunca han perdido una sola partida desde que están en esto.
—Hace tiempo no los veo jugar —declaró Sebastián en voz baja—. Si antes eran unos monstruos no me los imagino ahora.
—Se puede decir que son los mejores del país —dijo Gabriel, deteniendo su paso para caminar junto a mí—. Pero, ¿vieron que están estrenando ADC? Puede que eso nos dé una ventaja, no llevan ni un mes con él, o eso leí en internet el otro día.
—¿Y qué pasó con Mr.Vincent? —inquirió el soporte—. Él era muy bueno, ¿será que lo sacaron?
—Parece que tuvo problemas con sus compañeros, era muy arrogante. Tú sabes que cuando la clave es el trabajo en equipo no se puede estar pasando por encima del resto. Tú los necesitas al igual que ellos a ti —expuso Antonio.
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Amores, Juegos y Mentiras (#ONC2021)
RomanceCuando a Sebastián se le presenta la oportunidad de su vida, jugar para un equipo profesional de League of Legends, no se le pasa por la cabeza que en ese mundo se reencontraría con Carlos, su antiguo compañero de escuela y amor de adolescencia. ¿Re...