Dejar Ir También Es Amor

Dejar Ir También Es Amor [Parte Única]

Nota importante antes de leer:

Primero quiero dejarles un abrazo enorme por estar aquí después de que pasara tanto tiempo sin escribir en este perfil, agradezco de forma inmensa el apoyo que me han dado y recibí.

Está vez les traigo una historia de parte única, un OS cargado de emociones y decisiones difíciles.

Subo esto como parte de un reto y también esperando que les guste a pesar de lo triste que es la lectura.

Advierto que la historia es triste, lo digo nuevamente y que quizás les haga recordar al libro Yo Antes De Ti, sin embargo no la escribí pensando en ese libro, sino más bien en dilemas éticos del día a día que se vive en la medicina pues soy personal de salud y por lo tanto quise narrar de cierta perspectiva lo que viven ciertas personas en los hospitales y que deben ser atendidas de forma ambulatoria luego de un accidente o de una enfermedad terminal.

Agradezco a quienes a pesar de estas advertencias deciden quedarse y leer, si en algún momento tienen dudas me pueden escribir o dejar el comentario y con gusto les respondo.

Sin más que decir les dejo leer.

"¿Quién  te dijo que la vida no valía la pena pelearla?
Estaban equivocados, te mintieron,
ahora te has ido y lloramos
porque no eres de abandonar
en el medio de una canción
Tu hermosa canción
Tu absolutamente hermosa canción"
—Why, Rascal Flatts—

Eutanasia: Acto de provocar la muerte a una persona bajo su consentimiento, en otras palabras muerte asistida, suele usarse en pacientes con enfermedades terminales y también a aquellas personas condenadas a pena de muerte, cabe destacar que  en pocos países es legal y que también es uno de los dilemas éticos más frecuentes en las ciencias de la salud.

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Se supone que ese sería el mejor día de sus vidas, que estarían en ese momento disfrutando de haberse casado después de años de noviazgo, uno que había sido perfecto, sin embargo Agatha corría llorando, empujando junto a los paramédicos la camilla en la que iba su esposo inconsciente y desangrándose.

—Ram, no me dejes, tienes que vivir.—gritó Agatha cuando fue separada de la camilla.

Agatha miró sus manos, cubiertas de sangre, se sintió mareada mientras el nudo en su garganta se hacía más y más grande, de no ser porque alguien la sujetaba habría caído al suelo.

—A-Alex.—susurró viendo a su mejor amigo.—Tengo miedo, no quiero perderlo.

Alex tragó grueso viendo que su amiga  no estaba bien, cuando recibió la llamada de emergencias para atender a una pareja que estuvo en un accidente automovilístico jamás pensó que sería Agatha y su esposo, no cuando acababa de despedirlos, no cuando él había visto lo feliz que era ella siendo finalmente esposa del amor de su vida.

—Agatha, Ramsés estará bien, iré a revisarlo junto a mis colegas, pero te deben antender a ti también.—habló Alex viendo las heridas de su amiga.

El médico ayudó a que la castaña se levantara y llamó al personal airado, porque Agatha también necesitaba atención médica, tenía varias heridas en su rostro y al parecer una fractura en una de sus manos. Alex corrió en dirección hasta donde estaba Ramsés y se cubrió el rostro reprimiendo un sollozo, su pronóstico no era bueno, de hecho era muy malo.