Wherever You Are

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"Por un tiempo fingimos que nunca teníamos que terminarlo; pero sabíamos que teníamos que decir adiós. Estabas llorando en el aeropuerto cuando finalmente cerraron la puerta del avión; apenas podía mantenerlo todo dentro"

Aún recuerdo que luego de que aquella carta de aceptación de Oxford llegó a mi puerta, ambos pretendíamos fingir en que lo nuestro no terminaría y que las relaciones a la distancia funcionarían. Recuerdo lo mágico que hiciste mis últimos siete días que me quedaban en Sídney, cenas románticas, regalos, aunque lo mejor de todo era que estabas conmigo. Pero el día de irme llegó; un Sábado por la manaña gris, nublada como mi ánimo.

No esperaba que entráras al aeropuerto e intentaras detenerme ya que había terminado lo nuestro luego de aquella perfecta última noche juntos que pasamos el Viernes; prefería dejarte en los recuerdos de mi pasado y así intentar concentrarme en mis estudios ya que se trataba de una de las más prestigiadas universidades de Londres y yo no era más que una jóven chica extranjera becada.

Y ambos sabíamos que las relaciones a distancia terminan gastándose en algún momento; por eso me sorprendió cuando estaba por abordar el avión y eschuché como gritabas mi nombre corriendo entre las personas para llegar a mí pero un guardía de seguridad te detuvo porque no podías ingresar a aquella área. Dejé pasar a la gente que tenía detrás, saliendo de la fila con mi valija roja que me habías regalado para intentar motivarme a hacer ese viaje, y me acerqué a donde estabas. Una cinta de seguridad nos separaba, te agachaste y pasaste por debajo para estar junto a mi y abrazarme. Susurraste en mi oreja un "No me dejes, por favor" antes de besarme con la ca lides y dulzura que siempre tenías.

Una mujer llamó mi atención diciendo que debía abordar el avión que en unos minutos despegaría pero aunque no quería hacerlo, terminé el abrazó, te besé y me fuí a abordar mi vuelo. Cuando la mujer me devolvió los documentos me giré a verte por última vez. Fue un gran error ya que veía como estabas llorando, la puerta de aborde fue cerrada y me quedé con esa imágen en mi mente, con un nudo en mi pecho durante todo el vuelo y como era de esperarse con lágrimas corriendo por mis mejillas.

".........."

"Podría volar miles de océanos pero nada se compara con lo que tuvimos; así que camino sola. Desearía no haber tenido que irme, tal vez tu ya lo superaste pero la verdad es que no quiero saber"

Ahora a mis 26 años ya con mi título de licenciada en economía, trabajo en una gran empresa más grande y por eso estoy constantemente en movimiento, viajando por el mundo. Estando cortos períodos en cada lugar, tal vez 4-5 años. Pero la verdad es que nunca pude encontrar a alguien, si bien salí con chicos; nada se comparaba ni se compara con lo que nosotros tuvimos ya que fue mágico y por eso estoy sola. Muchas veces pienso en el que hubiera pasado si no me hubiera ido y me hace desear haberme quedado junto a ti. Tal vez seguiríamos juntos, como siempre estuvimos desde los 17 hasta los 23. Muchas veces deseo no haber formado parte de aquel concurso por una beca en Oxford y quedarme junto a ti a terminar mi carrera en la Universidad de Sídney. Me duele pensar que tal vez tu ya superaste lo nuestro. Recuerdo en mi primer visitá repentina a Sídney para el cumpleaños 87 de mi abuela Mary, el último año de curso durante el verano. Mi madre me contó que te habías mudado de aquel pequeño departamento en el centro, el cual solíamos alquilar juntos, a otro en una mejor zona. Eso era todo lo que dijo cuando le pregunté acerca de ti ya que ella cada Martes por la tarde visitaba a tu madre y al resto de sus amigas. No quería parecer muy interesada en lo que habías hecho durante los últimos dos años porque sabía que me dolería saber si es que superaste lo nuestro.

"........."

"Puedes decir que estaremos juntos algún día. Nada dura para siempre, nada permanece igual , entonces ¿Por qué no puedo parar de sentirme de esta manera?"

Recuerdo que dijiste que algún día volveríamos a estar juntos cuando terminara de cursar mi carrera en Oxfrord y volviera a casa, lo decías para hacerme creer que la relación a distancia funcionaría. Inclusó prometiste que me esperarías; la verdad es que lo nuestro no duraría para siempre y así como nada permanece dudo que tu promesa lo hubiera hecho. Pero si nada dura para siempre; entonces por qué no puedo parar de extrañarte y de amarte como se que aún lo hago. Si bien nuestra relación terminó, mis sentimientos por ti continúan. Lamento haber terminado contigo, decirte que no quería intentar una relación a distancia pero la verdad es que solo teníamos 23, era la primera vez que me iba sola por tanto tiempo y estaba asustada en que te olvidaras de llamarme, de visitarme o inclúso que te interesaras en otra chica mientras yo estaba a miles de kilómetros de ti.

"Partida en dos y se que no debería decírtelo pero no puedo parar de pensar en ti, donde quiera que estés, tu, donde quiera que estés. Cada noche casi te llamo para decirte que siempre serás tu, donde quiera que estés."

Me encontraba recostada en la cama revolviendo el baúl de los recuerdos, aquella caja rosa en forma de corazón con chocolates que me diste para nuestro primer San Valentín juntos, me había gustado tanto que la conservé y cuando estába terminando de empacar la encontré y decidí poner todas las fotos tuyas, nuestras que entraran; solo para recordarte y no extrañarte tanto estando tan lejos. Hoy era 16 de Julio, tu cumpleaños número 26 y me partía en dos no estar a tu lado para abrazarte y decirte Feliz Cumpleaños, no estar más a tu lado y recordar todo lo que tuvimos me partía en dos. Tenía mi celular entre mis manos, había encontrado de nuevo aquel viejo papel en el que anoté tu número. Reí por la tonta idea que cruzó por mi cabeza: Llamarte, era una estúpiez. Lo más probable es que hayas cambiado tu número además de que no tendría sentido llamar a mi ex novio de hace 3 años para decirle que lo seguía amando.

Esa misma idea sonó bien en mi cabeza luego de terminar la sexta botella pequeña de cerveza; aharré mi celular y con mucha atención marqué los tu número. Estaba llamándote, escuché tres tonos hasta que alguien atendió.

-¿Hola?- atendió un hombre.

-¿Luke Hemmings?- pregunté diciendo con dificultad su apellido.

-Soy yo. ¿Quién habla?- respondió y entonces mi piel se puso de gallina al escuchar su voz, era ahora o nunca. Respiré hondo

-¿Quién es?- preguntó de nuevo, no le respondí esta vez.

Escuché una voz femenina llamando su nombre y el le contestaba.

-Amy ahora te ayudo a acomodar esas bolsas, solo dame un momento que estoy en una llamada,amor- le contestó

- Solo llamaba para desearte un feliz cumpleaños Lukey. Llamo por esos tres años que no llame, cada vez que volví moría por verte pero no me atrevo a verte feliz sin mi y por lo que escuché lo eres. Siento haber interrumpido tu cumpleaños, si es que aún lo es en Sidney- confesé con el poco valor que el alcohol me había dado y reí nerviosa al sentir que seguía ahí.

-¡Lukey!- y lo siguiente que escuche fueron latas golpeando el piso.
Lo llamaba Lukey, me dolio demasiado escuchar eso, era el apodo que le di yo.

-Lo, lo siento ya voy- escuché su voz y lo siguiente fue que terminó la llamada

Entonces me di cuenta que él ya me había superado, había encontrado a alguien más pero la verdad es que para mi siempre va a ser Luke, donde quiera que esté.

Wherever You Are L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora