Estación Incorrecta

Dos

     Aquel chico, de aquella gran melena a lo lejos de la vía, parecía tan cómodo con la soledad. Parecía falto de inquietudes. A lo lejos, Vívi podía percibirle su aparente paz. Le llenaba el corazón de intriga saber sobre él. Así que siguió en aquella larga caminata, hasta llegar a su parecido y aparente semejante. El chico al parecer no se había dado cuenta de la presencia de Vívi, la cual se encontraba a tan sólo unos pasos de él. El chico movía su cabeza al ritmo de la música que salía de su celular, mientras miraba aquel gran paisaje de ensueño, cerca de un acantilado. El viento soplaba fuerte al ritmo de la melodía, y muchas hojas de colores cálidos caían a su misma vez. El chico de casualidad se volteó y vió a Vívi allí, muy cerca de él, llena de muchas emociones que el no podía percibir. Solo un poco de miedo y timidez.

—Perdóname, no quería asustarte.—susurró Vívi.

—No no, está bien...—dijo el chico, titubeando, mientras observaba a Vívi lo mejor posible, un poco nervioso, sin saber que decir.

Vívi sintió mucha vergüenza, y se quedó sin palabras. Lo primero qué pasó por aquellos inquietos pensamientos fue en disculparse e irse. Empezó a darse la vuelta pero algo la detuvo.

—Soy Breen.—exclamó el chico, mientras se ponía de pie y extendía su mano.

—Vívi...— dijo mientras respondía al saludo.

Vívi no sabía que estaba sintiendo en aquel momento. Pero fue el primer momento en el cual sintió algo muy dentro de su ser, después de mucho tiempo.