Estaba entre los brazos de Sergio me había quedado dormida y el igual, estábamos echados en el mantel que estaba en la arena, porque nos habíamos acostado para ver las estrellas, decidimos quedarnos ahí hasta el día siguiente, llamamos a Mariana y ella estuvo de acuerdo con cuidar a Charlotte hasta mañana.
Me di vuelta y Sergio estaba durmiendo abrazado a mi cintura, saque sus brazos, me senté y comencé a darle pequeños besos en sus labios, al comienzo el estaba dormido pero después del quinto beso una sonrisa se formo en sus labios y luego el se sentó y me beso.
_ Qué hermoso es despertar mientras tú me das tus dulces besos.
_ Más hermoso es despertar abrazada a ti.
_ Sabes mi amor hace un año que volvimos a estar juntos y no nos hemos vuelto a casar.
_ Lo sé mi amor pero igual me siento como si fuera tu esposa porque alguna vez lo fui.
_ Sí, mi amor pero no crees que deberíamos casarnos?
_ No se depende de que si tu quieres.
_ No solo depende de mí también de ti, te quieres casar conmigo?
_ Mi amor esa respuesta deberías de tenerla más que clara todo los días te demuestro que te amo.
_ Entonces es un sí?
_ Por supuesto mi amor, tú me haces la mujer más feliz del mundo.
_Y tú me haces el hombre más feliz del mundo. -Me dijo Sergio mientras me daba besos por todo mi rostro-.
Sergio me cargo en sus brazos y nos fuimos a nuestra cabaña ahí hicimos el amor de la mejor manera como solo Sergio sabia hacer, lo hacía tan delicadamente que yo nunca quería que el momento pase.
Nos cansamos y Sergio cayó a un lado mío y los dos respirabamos entre cortadamente, el me beso los labios y me dijo hasta mañana, me abrazo y no tardamos mucho tiempo cuando los dos nos dormimos.
...
Eran las 8 de la noche yo me estaba cambiando, me puse un vestido rojo corto apegado al cuerpo, con unos zapatos de tacón alto negros, me hice un moño a mi pelo y me maquille estaba esperando a Sergio que no tardaba en venir a buscarme a la cabaña, habiamos quedado de ir a cenar juntos y después iríamos a la casa de los papás de Sergio por Charlotte.
Tocaron la puerta de seguro era Sergio, cuando abrí la puerta una rosa roja estaba ahí en el piso y había una nota que decía así: "Sigue las rosas rojas y llegaras a tu sorpresa".
Alce la rosa salí de la cabaña y comencé a caminar e iba encontrando mas rosas me estaba alejando mucho de la cabaña el único sonido que escuchaba era el de las olas a lo lejos vi una carpa y por dentro había una mesa para dos y alrededor había muchos pétalos y la única luz que había era la de las velas que habían ahí. Seguí caminando hasta que pude ver a Sergio que me miraba con una sonrisa, corrí hasta él me lance encima de él, los dos caímos a la arena y comencé a besarlo, luego él se paro y me ayuda a pararme.
_ Bueno señorita, gusta usted sentarse. -Me dijo Sergio apartándome la silla para que me sentara-.
_ Con gusto señor Celli. -Le dije y me senté. Luego él se dio la vuelta y sentó frente de mí-. Y cual es el motivo por el que estamos aquí?
_ Espera y lo descubrirás.
_ Bueno entonces podemos comenzar la velada.
_ Por supuesto, pero primero quiero hacer un brindis por nosotros dos por nuestra Charlotte y por el que viene en camino y por los muchos más que tendremos.