𝚄́𝚗𝚒𝚌𝚘

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Se había ido de nuevo.

No dejo un beso en sus labios cuando se fue.

No acaricio su cabello.

No le dijo palabras bonitas mientras se sumergía en su cuerpo.

Tan solo tomó su ropa del suelo y desapareció por la única puerta de su habitación. Y así mismo como había entrado se retiró; callado y con una expresión seria en su afilada mirada.

Yunho quería llorar, tomar con sus manos aquel corazón que lo hacía delirar de amor y tristeza. ¿Por qué seguía su juego? ¿Por qué no le contaba cuántas lágrimas había derramado por él? Era un tonto.

Mingi lo hacía sufrir.

De tantas maneras que lo asustaba. Porque el menor había dominado su corazón y su cuerpo entero. Yunho creía que era amor, él estaba seguro. Pero Mingi no sentía lo mismo, jugaba con su corazón; con sus sentimientos y emociones enteras haciendo que delire. Mingi tan solo quería jugar y saciar sus deseos carnales y Yunho decía que sí, porque obviamente quería, no estaba obligado a decir que sí. Pero el mayor sabía que si se negaba Mingi ya no se acercaría a él.

Sufría tanto.

Pero pensaba que era lo único que podía obtener del menor.

Porque sentir aquellas expertas manos recorrer su cuerpo mientras le decía cuan apetecible se veía encima o debajo de él mientras lo penetraba, era un delirio. Ver la afilada mirada de Mingi mientras gotas de sudor corrían de su rostro para bajar hasta sus bien formados pectorales; era fantástico. Un terrible delirio que no quería dejar.

−Te veo cansado, Yunho, ¿paso algo? − Seonghwa miro a su compañero de clase. El profesor escribía como si no hubiera estado escribiendo media hora sin parar mientras hablaba sobre las composiciones químicas que había en la pizarra, Yunho desvió su mirada del maestro y miro a su amigo − Yunho, ¿qué pasa?

−No pasa nada, hyung. Tan solo son algunos problemas con los cursos− Yunho trato de dar su mejor sonrisa sincera.

Y en parte era verdad. Estudiar medicina carcomía su cuerpo por completo, sin embargo ese no era todo el problema.

−¿Seguro? − Yunho asintió − Te creo esta vez, pero sabes que puedes venir a mi casa cada vez que quieras estudiar. Yeosang no tiene problema con ello.

Terminaron su clase e inmediatamente sus pasos dieron a parar a la biblioteca. Tenían clase de Anatomía en una hora exacta, no podían perder el tiempo en ir a la cafetería, por eso gastaban sus tiempos libres en leer y anotar ideas importantes que de segur explicarían en clase.

Yunho no podía concentrarse, fingía leer por determinado tiempo y pasar la página, para que Seonghwa no se diera cuenta que su mente estaba en otro lugar absorto a del libro que tenía en sus manos.

Estaba nervioso y ansioso, porque podía sentir la fina mirada del estudiante de Arquitectura sobre él. Mingi lo miraba sin miedo, como si viera más allá de su nerviosa mirada. Y tan solo una mirada fue necesaria para que Yunho le pidiera perdón a Seonghwa excusándose con que tenía que entregar un análisis químico a un maestro antes de que se retirara. Siguió a Mingi con pasos rápidos pero sin levantar sospechas de que lo estaba siguiendo.

Y cuando el menor llego a uno de los salones vacíos y abandonados acorraló a Yunho cerrando la puerta a su paso.

Sabía que pasaría.

No pudo evitar jadear de excitación cuando Mingi alzo sus piernas y las enrolló en su cintura para caminar al empolvado escritorio vacío y dejar su cuerpo en una esquina para despojar las ropas de ambos arrojándola a cualquier esquina del salón.

𝙔𝙤𝙪 𝙈𝙖𝙠𝙚 𝙈𝙚 𝙎𝙪𝙛𝙛𝙚𝙧;; Yungi ᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora