Amai Odoroki ➳GoYuu

amai keiji

Año 2018.

Una gratificante sensación recorrió su cuerpo por completo, llenándolo de emoción y también con un poco de nerviosismo. Finalmente, tras el avión aterrizar en tierra japonesa, sentía que estaba haciendo algo bien por su vida.

Ocho años que no estaba por ahí. Ocho años que no sabía absolutamente nada sobre Yuuji.

Mientras caminaba a la salida del aeropuerto con su bolso en mano, la pregunta de qué sería de él volvió a su mente, haciendo todo lo demás irrelevante. No ponía en duda ni por un segundo que debe estar igual guapo y adorable, pero Yuuji ya tenía 28 años; no podía ni imaginarse cuánto habrá madurado.

-Probablemente ya abriste tu propia pastelería -Se dijo a sí mismo en un murmuro apenas entendible, sin detener su caminar-, era lo querías hacer, tras terminar tu carrera...

La imagen mental de Yuuji trabajando en lo que más le gustaba con esa dulce sonrisa suavizó su mirada, tal vez con algo de tristeza. Tanto que deseaba haber estado ahí con él, en ese momento tan importante.

Movió la cabeza de un lado a otro para alejar esos pensamientos, no tenía que estar deprimiéndose en este punto tan crucial. Porque él había vuelto a Japón con la única razón y objetivo de reencontrarse con Yuuji, para así volver a tenerlo entre sus brazos.

"¿Y qué pasa si ya tiene pareja, listín?" ¡Eso a él no le importa! ¡Aunque sea un maldito rompehogares! Itadori volvería a ser suyo como de lugar, sin importar qué.

Pero, la verdad, no tenía ni idea por dónde empezar. Mucho menos el cómo ubicarlo después de tanto.

Dio un suspiro, y sacó su celular de sus bolsillos rápidamente. Retiró el modo avión e hizo una llamada, tan solo dos tonos después fue respondida.

-Satoru, ¿llegaste?

-Sí. Estoy apunto de tomar un taxi para ir a tu casa, manda tu dirección.

Suguru asintió levemente aunque sabía que su amigo no lo vería. Estaba contento porque estaba ahí y volverían a verse y tal, pero también se preguntó que cuándo fue que le había dado hospedaje en su casa.

-¿Me llamas para eso solamente? -Dice tras haberle mandado el mensaje con la indicación.

-No -Se toma un tiempo antes continuar, llamando su atención-... Me preguntaba si tú sabes si Yuuji sigue viviendo en el mismo lugar.

-... ¿Te refieres a Itadori? -Recibió un sonido de afirmación-. ¿Y por qué debería saber?

-No sé. ¿Qué tal si lo voy a visitar?

-Oye oye, cálmate -Geto sabía que hablaba en serio, así que rápidamente detuvo sus impulsos de idiotez-. Primero, ha pasado mucho tiempo, raro sería que siguiera viviendo allí. Además, ¿cómo vas a llegar así de la nada? Aunque terminaron en buenos términos, no seas desconsiderado con él.

-Uhg, tienes razón... Pero aún así quiero saber... -Gojo por fin logró subirse a un taxi. Guardó su bolso en el maletero, para luego subir dentro del vehículo-. Hmm... ¡Ah, ya sé a quién hablarle! ¡Nos vemos luego!

Suguru no pudo decirle nada más, pues ya había cortado la llamada. Se quedó mirando la pantalla de su celular y suspiró agotado, Satoru nunca iba a cambiar.

-¿Para dónde lo llevo, señor? -Preguntó el chófer mirándolo desde el retrovisor.

-Espere un momento... -Dijo mientras tecleaba algo rápidamente. Tras unos segundos, sonrió al recibir un mensaje con justo lo que quería-. Hacia esta dirección.