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El sonido del cuchillo atravesando la piel llenaba mis oídos. Las gotas de sangre salpicaban mi rostro. El hombre debajo de mi se estaba volviendo débil, podía sentir como sus manos que yacían aferradas a mis antebrazos ya no hacían tanta fuerza como antes. La pérdida de sangre y el shock de ser apuñalado sin piedad le estaban haciendo perder la conciencia rápidamente.

Cuando sus manos cayeron inertes a los lados de su cuerpo fue cuando finalmente retiré el cuchillo de su abdomen. Dejé el arma a un lado y me levanté del suelo a la vez que dejaba salir una respiración cansada. Mis ojos se posaron en el cuerpo inconsciente y mi ceño se frunció sin poder evitarlo.

Mi plan no había salido como quería y eso me frustraba en demasía. No mucha gente podía liberarse de mí una vez los atrapaba, pero esté tipo lo hizo y me obligó a matarlo de una forma sucia y desordenada. Todo lo contrario a mi estilo.

El piso del almacén abandonado estaba pintado con la sangre del hombre. La sangre se seguía esparciendo con rapidez por lo que debía actuar rápido y buscar mis instrumentos para completar la última parte del trabajo. Antes de limpiar moví el cuerpo hacia la camioneta, enrollándolo con bolsas de basura y cinta adhesiva. El sudor bajaba por mi frente pero no me detuve, quería terminar el trabajo cuanto antes. El intento de escape inesperado me robó más tiempo del que pensaba invertir y me aseguraré de cobrárselo a mi cliente cuando le informe que su pedido ya fue terminado y que venía con intereses.

Como me era costumbre revise todo el lugar varias veces antes de irme, solo para asegurarme de que no hubiera dejado evidencia en ningún lado. Sabía que no la había, ya había hecho esto demasiadas veces, pero siempre era mejor ser precavido.

Guardé todos los materiales en el cofre y luego me subí en la camioneta donde el cuerpo se encontraba. Conduje por un rato hasta llegar a un sitio desolado donde vacié varios galones de gasolina sobre la camioneta para luego lanzar un encendedor sobre ella.

No me quedé para mirar el espectáculo. Me metí en mi auto que había dejado escondido un poco más lejos de la escena y seguí mi camino hacia mi hogar. La música clásica de la radio me acompañaba junto al cielo oscuro de la noche. Me gustaba conducir en la madrugada, está era una de las pocas o únicas cosas que amaba de mi trabajo.

Aparqué mi auto en el estacionamiento del decrépito edificio y subí las escaleras llenas de grafiti y basura que me llevaban al lugar que llamaba hogar, si así se pudiera llamar al espacio que usaba solo para dormir y cambiarme de ropa. El lugar era tan deprimente que prefería vagar por las calles antes que escuchar los gritos de mis vecinos o inhalar el humo de los cigarrillos y drogas que consumían por los alrededores.

Pintura desgastada caía de las paredes y las luces parpadeaban en el pasillo. Al menos no escuchaba gritos esta vez, mis vecinos debían estar demasiado drogados para pelear entre ellos.

Antes de abrir la puerta de mi apartamento empuje las botellas que el desconsiderado vecino había dejado frente a mi puerta y las empuje hacia la suya. Ojalá pisase alguna y termine con un vidrio enterrado en el pie. Así aprenderán a dejar sus porquerías en su área.

Introduje la llave en mi puerta y la abrí, la oscuridad del frío apartamento recibiéndome. Dio un paso al frente, cerrando la puerta detrás de mí. Pero en vez de adentrarme al lugar, mi cuerpo se quedó estático en la entrada.

Algo no estaba bien.

Era una sensación... un sexto sentido que me decía que algo estaba fuera de lugar.

Había visto a personas robando en los apartamentos de otras personas antes, no era raro en un barrio como esté, pero nunca me había pasado hasta ahora.

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𝘞𝘩𝘢𝘵 𝘶 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘸𝘰𝘯'𝘵 𝘩𝘶𝘳𝘵 𝘶 •ʝσσҡყµɳ• (ESP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora