Sildenafilo | Sengen

Un error lo comete cualquiera

Antes de empezar les hago saber que la relación escrita aquí es homosexual (hombrexhombre) y adjunto la advertencia de un contenido explicito, no acepto insultos, burlas o guerras, si no te gusta lo que lees pasa de largo y abandona la historia, este shot lo hice con mucha pasión para que alguien quiera denigrarlo.

A todxs aquellxs fans que gustan de esta pareja les agradeceré su estadía, el SenGen es algo que todos debemos disfrutar y predicar. E aquí una pequeña obra que nació de una de mis tareas de último año de preparatoria.

Sin más espero valga la pena esta idea, al final dejaré notas y aclaraciones para que no queden dudas. ¡Acción!

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Gen estaba enfermo

Las últimas semanas después de la celebración promulgada por la reciente boda entre Chrome y Ruri, llevada a cabo en el gran patio de la antigua batalla por el líder de la aldea, fue cuando el mentalista presentó síntomas inusuales.

Síntomas como la intermitente presión en su pecho, que muchas de las veces llegaba en los momentos que menos se esperaba, acompañados de la falta de aire que le hacía encogerse, en un intento por disminuir la incómoda sensación no muy diferente al acto de que su corazón se achicaba por cada palpitar. Sudaba y se mareaba producto de todo aquello, era horrible hasta cierto punto.

—Angina de pecho. —Soltó esa tarde Senku, luego de encargarse de su diagnóstico. —Es algo complicado pero tiene solución ¿Hiciste mucho esfuerzo en los preparativos de la boda?

Gen titubeó.

—Me encargué de algunas cosas, pero en los descansos Magma insistía en aumentar el recuento de provisiones para antes del invierno y sin tener que preocuparnos luego, así que tuvimos que ir más allá de la montaña este.

Senku le miró en obvio desconcierto de lo antes dicho.

—¿Y los demás? Pudo decirle a Kohaku o a los hermanos guardias.

La respuesta iba a ser lo más honesta, en la medida de lo posible por el mentalista.

—Bueno, —Se sinceró posando sus palmas sobre sus rodillas flexionadas mirando al contrario por momentos— vi a Kohaku muy emocionada con el festejo de Ruri, aparte de que se la pasó pegada hasta el último momento ayudándole en su vestido y otras cosas de la decoración.— distraído fijo su vista a las afueras de la ventana y sin cristales —Sólo me gustó verlas... felices.

Y no era mentira, aunque podía aprovecharse de muchas cosas cuando le convenía, la escena de la chica disfrutando junto a su hermana por su ahora felicidad realizada le causó un sentimiento melancólico del que le hizo olvidar su poca capacidad física y mediana resistencia para ayudar un extra durante esos exhaustos dos meses de preparación.

Ahora las consecuencias si bien no eran demasiado graves se materializaron en algo realmente molesto para el de hebras blanquizcas y azabache. Podía estar comiendo y el dolor regresaba sin aviso con intensidades de las que en ningún momento podía acostumbrarse llevándolo a un nivel exhaustivo del que no se imaginaba.

—Kinrou se ofreció en ir pero honestamente no me quería quedar en la entrada para tomar su lugar de función protectora y menos con Ginrou en compañía. —dijo finalmente en un ademán de desinterés absoluto y encogiéndose de hombros.

—Vaya, que bien que terminaste acompañando al que menos peligroso consideras ¿no? —Una ceja alzada junto a una sonrisa celosa regalaron respuesta a la situación de Gen.