𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧 (𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝑅𝑖𝑑𝑑𝑙𝑒, 𝑑𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑦 𝑡ú)

Capitulo 2

De verdad trataba de hacerle frente a esa mirada tan penetrante, pero cada vez se hacia mas difícil, él no parecia afligido. Un silencio algo incomodo se torno de repente en el pasillo hasta que el platinado se dispuso hablar.

—Apartate de mi camino, me estas estorbando —

Me empujo como si fuera cualquier basura, dios dame paciencia, porque si me das fuerzas lo mato.

—Que hijo de puta...— dije en un pequeño susurro  con la esperanza de que el mas alto no me escuchara. Pero solo basto un instante en que rompiera la distancia entre nosotros de nuevo.

—¿Que mierda acabas de decir?— me acorralo contra la fría pared sin ningun grado de piedad, ¡al carajo eso si dolio!

—Quiero que lo repitas una vez más si te atreves —

—¡Solo te estoy dando tiempo para que te des cuenta de lo gilipollas que eres!— dije en voz alta, de ningun modo me dejaria intimidar por este tipo.
Tras mis palabras le di un empujón, lo suficientemente fuerte para apartarlo de mi

Podía ver la furia en su rostro, cuando se dispuso  a decir algo fue interrumpido por el sonido de la puerta abriendose, apareció una joven de cabellos negros con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Otra más de tus pretendientes Hurón?, ya te he dicho que no cojas en los pasillos —

¿¡Que diablos fue lo que dijo!?,

—No me digas asi, maldita sea, ¿Ella?, no me rebajaría a su nivel — dijo de forma tan tranquila que me enfermaba. antes de entrar se acerco a la chica, sus brazos rodearon sus caderas, incluso me atrevia a decir que un poco mas y llegaba a su trasero.

Se dispuso a besarla como si yo no existiera, que frustrante e incomodo era la situación, y aun más, ¿Por que diablos me esta mirando mientras lo hace?.

—Tengo que pasar a dejar mis cosas — en ese momento no me importo nada, solo los empuje y entre al cuarto. A pesar de que escuche insultos por parte de la chica no me importa realmente. ¡Mi primer día en hogwarts ya había sido una mierda!

Subi a mi cuarto a dejar mis cosas, parecía no estar nadie, así que deje mis cosas en la cama, pero de repente, sentí ese dolor pulsante en mi pecho, como si el corazón te lo exprimíeran, y de paso lo desecharan. estaba bastante alterada.

—Otra vez no, por favor, no otra vez —

Respire hondo mientras me recoste en mi cama, tratando de contar del 1 al 10 para calmarme