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El primer jefe/una mision importante

Ya era la mañana siguente, deseaba volver a juntarme con el grupo para poder estar con "la jugadora misteriosa".

A pocas horas de haber terminado de salir el sol, me dirigi a la puerta de el jefe del primer piso, con el deseo de poder verla y tener alguna oportunidad de contemplar su rostro, que la noche anterior casi consigo ver.

Nos encontrabamos todos en esa puerta, ultimando los detalles de la tactica para enfrentarnos al jefe. Estaba claro, todos estaban nerviosos, menos yo por supuesto, ya que no dejaba de pensar en ella.

"Listos chichos, alla vamos" esas fueron las palabras de nuestro capitan antes de entrar en la habitacion del tan anelado primer jefe.

Al entrar nos dividimos en los grupos iniciales para ir atacando al jefe a un ritmo y que nadie se cansara. Durante un primer momento nos parecia ir bien, hasta que el jefe evoluciono, cambiando su equipacion de masa y escudo a una de espada de alto nivel de movimiento.

Tras la sorpresa, nuestro capitan se armo de valor para lanzarce hacia el, lo cual me parecio una locura. En un habrir y serrar de ojos presenciamos la muerte de nuestro capitan.

Fue ese un momento de shock en el que no nos movimos ni un centimetro, pero sosegado por la rabia me lance yo tambien a por el jefe, solo que yo no me detuve en ningun momento y le fui mandando estocadas con todas mis fuerzas.

Derrepente me quede asombrado con un destello que provenia de la espada de mi compañera, que movia la espada como si fuera una pluma.

El jefe aprovecho un instante en el que ella se encontraba agotada, para intentar cruzarla con su sable, ella me demostro su valor saliendo ilesa de ese ataque tan rapido, del que el unico herido fue su capucha. En ese momento me quede abobado por su increible melena pelirroja.

Ella me grito para despejarme y concentrarme en el combate, que al decirmelo con esa voz tampoco me ayudo mucho. Vuelta a concentrarme embesti al jefe y lo remate con un golpe de gracia. Al matarlo me dio el item de "la tunica de las sombras".

Ya habia acabado todo, teniamos acceso al segundo piso y para muchos eso fue suficiente, pero para mi no, habiamos perdido un compañero. Mientras yo lamentaba su muerte, se me hacerco mi compañera y sin venir mucho a cuento me dijo:"me llamo Asuna, y me preguntaba si podria acompañarte".

Despues de oir esas palabras, mi garganta se enredo y solo pude soltar un penoso "no". Aun asi me siguio y nos dirigimos juntos a un lugar del segundo piso para poder descansar.