Me he despertado en una habitación blanca que tiene una pared llena de réplicas casi perfectas de la época Renacentista: El triunfo de Galatea, La ofrenda a Venus, El Castigo de Marsias, El Nacimiento de Venus, La Primavera, La expulsión de Adán y Eva del paraíso, Susana y los ancianos, entre otras que no pude distinguir. Se escuchaba música indie en alguna parte del inmenso cuarto, Foals, para ser exactos.
Me levanté casi de golpe de la sedosa cama de 3 plazas, mis pies descalzos sintieron la suave alfombra color lila que hacía juego con el cubrecama y una vez de pie completamente, pude dar un vistazo panorámico a toda la habitación. En la pared que no se encontraban los cuadros del Renacimiento, habían varios posters de bandas indie, folk, pop rock y hip hop; en otra de las paredes, - y la que estaba más cerca a la cama - se encontraban varias fotos pegadas como en un collage, pasé rápidamente la mirada por cada una de las fotos y en todas se encontraba una chica de mediana estatura, blanca como una hoja de papel, cabello corto hasta los hombros, ojos grandes y oscuros, una sonrisa encantadora y sin lugar a dudas una forma de vestir muy peculiar, aunque no fuese ese mi estilo. Una de las fotos llamó de sobremanera mi atención; eran dos chicas mirándose fijamente mientras sonreían de oreja a oreja, una de ellas era la misma de las otras fotos y la otra tenía un aire familiar… cabello lacio y castaño oscuro con mechones más claros debidos a la luz del sol recogido en una coleta alta, nariz perfecta, labios carnosos, su color de ojos era una mezcla entre café y verde, varias perforaciones en la oreja, su tono de piel era un poco menos blanco que el de la otra chica, vestía con un vestido largo que le llegaba hasta por debajo de la rodilla y unas botas de militar; me gustaba como se vestía a pesar de que el vestido estaba un poco pasado de moda.
Me quedé observando la fotografía detenidamente cuando tres suaves golpes a la puerta del cuarto me sacaron de mis pensamientos. Una mujer de mediana edad vestida de uniforme entró con una bandeja repleta de comida y al verme dio un respingo de sorpresa y murmuró muy bajo que la disculpara y que me esperaría abajo para tomar el desayuno. Solo después de que la mujer había cerrado la puerta lo suficientemente fuerte para que una oleada de viento me llegara directamente al cuerpo, no había notado que estaba casi desnuda… Que vergüenza.
Instintivamente corrí hacia una puerta blanca muy parecida a la otra por la que entró la mujer, suponiendo que es el baño. Al cerrar la puerta, inspecciono el lugar y me llevo una gran sorpresa por lo grande y elegante que es. Tiene una bañera donde podrían alcanzar mínimo tres personas y que está decorada con velas aromáticas a su alrededor, canastos de ropa que a pesar de ser sucia desprenden un olor a menta, un mueble de color azul marino donde supongo que guardan las toallas y otras cosas del baño. Camino por el frío mármol hacia el lavabo y sin querer piso algo que me lastima el pie y me hace retroceder para adivinar con que me he cortado y sin darme cuenta giro en 180 grados hasta dar con un espejo grande enmarcado por pequeñas lámparas que va desde el piso hasta casi el techo. Y en eso, caigo en cuenta de mi aspecto… ¿Pero que mierda? Tengo la piel blanca como la leche, soy delgada, llevo el cabello corto y recogido con una cinta, ojos azules oscuro. No jodas,¡ soy la chica de las fotografías!
Hago memoria de las últimas 24 horas y no me acuerdo de nada. Rebobino la cinta a 72 horas, nada. ¿Dónde estoy? ¿Por qué me siento tan extraña conmigo misma? ¿Por qué no me acuerdo de absolutamente nada? ¿Qué mierda estoy haciendo en este lugar y por qué siento que no pertenezco aquí? Esperen un momento… ¿ Cómo me llamaba?