Capítulo único.

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Shen Jiu es un hombre que ama.

No a cualquiera, no a todos, la gente podría decirse que no ama a nadie.

Pero es mentira, él es un hombre que ama... Solo que nadie menos sus amados ven su amor.

. . .

Shen Yuan.

Era el nombre escrito perfectamente sobre cada cuaderno del niño, con letra firme, hermosa y curvada. Desde que se mudaron a Estados Unidos, Shen Jiu generó la costumbre de anotar el nombre de su hijo en todos lados. Su bolso, su lonchera, sus camisas y a veces llegaba al punto de ponerle nombre a su ropa interior, alegando a su marido que los mocosos americanos tenían malas costumbres y dedos sucios, y que iba a quemarle las manos a quien fuera que le intentara robar algo a su pequeño cielo. Su marido le creía, por eso nunca dijo nada.

Hasta que la amenaza se hizo realidad.

. . .

" ¡Qi-ge! " Un ahogado grito se escuchó desde el piso superior, a lo que el mayor de ambos apareció casi tropezando en sus escalones solo para encontrar en el cuarto de A-Yuan, la espalda vestida del modelo que es su marido, sus hombros temblaban de mala manera, como si estuviera llorando o temblando del dolor, se acercó rápidamente, pálido y viendo como en sus manos sostenía...

Un estuche.

Y en frente a sus rodillas habían en perfecto orden, una goma, un sacapuntas, once lápices de colores, un lápiz de grafito, tres pequeños destacado-... ¿Once lápices de colores? Notó de inmediato qué color faltaba, era el verde favorito de A-Yuan, que solía usar siempre en sus hermosos dibujos de bosques de bambú, que su esposo le había enseñado a pintar a los cinco años.

" A-Jiu... " Empezó a hablar, pero éste fue interrumpido con una mirada tan fría y antipática que lo llevó casi diez años al pasado, a sus últimos años de universidad donde el menor creía que sería mal visto por todos al ser un hombre viudo con un hijo recién nacido.

" Voy a quemar ese jodido colegio. " La voz de Shen Jiu era firme, fría como el hielo y dura como miles de diamantes preparados para cortar cristales. " No, mejor no, eso sería muy obvio. " El hombre bajó la mirada mientras volvía a guardar las cosas, planeando el asesinato que iba a cometer en contra de quien haya robado el lápiz favorito de su hijo.

Porque claro está que a Shen Yuan jamás podría perder uno de sus lápices.

. . .

Y Shen Jiu tenía razón.

A-Yuan era un niño demasiado responsable con sus cosas, llegaba a la casa embarrado con lodo, comida y pelos de animales extraños mientras escondía gatos en sus delantales, pero jamás con un objeto menos en su mochila o de su lonchera. Era un niño tierno, a sus apenas diez años sabía perfectamente bien lo irritable y asesino que podía ser su padre con cualquier cosa que le pudiera suceder a él o a Papá, a ambos los cuidaba con mimo y sonrisas calidas escondidas en miradas de desprecio, pero calidas al final del día.

Suspiró al ver como un niño se le acercaba corriendo, temblando y saltando como un pequeño perro con mucha energía... Tan vergonzoso.

" ¡Shizun, shizun! " Los ladridos... Los gritos del niño llegaron, haciendo que varios niños les miraran feo por el ruido. ¿Quién no? Eran apenas las ocho, nadie quería escuchar gritos a las ocho.

El Amor De Shen JiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora