LINAJE MALDITO

Prologo

Las pisadas se hacían cada vez más fuertes mientras corría con afán, el sudor me cubría el rostro dejando que mi cabello se pegara, la espalda me dolía con los latigazos, las muñecas me ardían con las esposas, pero no me dejaría vencer por esto, yo era quien podía salir de aquí, aunque ya no quedaban fuerzas en mí.

Tropiezo y me levanto, camino y avanzo, no me debo detener porque me encontrara, se que siente mi presencia pero no dejare que acabe conmigo como lo hizo con ella.

La vista se me nubla por las lagrimas y empiezo a dudar de mi cuando solo veo arboles a mi alrededor y el sonido que ejercen al quebrar las ramas.

La sombra que se aproxima entre los árboles me deja inmóvil

-Dylan por favor, déjame ir- suplico entre lagrimas cuando este se acerca- olvidare lo que paso, solo déjame ir

-Sabes que no puedo- dice en un susurro llegando hacia mí, con el guante negro cubierto de sangre aleja una hebra de mi cabello- no puedo dejarte

- ¡NO SEAS EGOISTA! ¡NO PUEDES HACERME ESTO! - grito y entierro mis manos en mi cabello, frustrada, asqueada

Deseando que nunca le hubiera sonreído en la cafetería, no estaría aquí viendo al asesino de ella

-Eres todo lo que tengo- dice aferrándose a mis brazos- eres todo lo que necesito, no necesito nada mas en esta vida porque te tengo a ti, se que lo lograras entender, me amaras y viviremos felices.

-¡ERES UN PUTO ENFERMO!- intento zafarme de su agarre pero este no me deja- ¡YO NO TE AMO Y NO LO HARE NUNCA PORQUE ERES UN MONSTRUO!

-bella debes entender esto, yo no dejare que te vayas de mi vida y no te hare daño si te comportas- posa sus labios en mi frente- los monstruos no sentimos, no queremos, no amamos, no cuidamos, pero veme aquí, amándote mas que todas mis víctimas, así que no, no soy un monstruo- agarra mi brazo con fuerza llevándome devuelta a la cabaña- soy el hombre que te ama.

Y es ahí, donde supe que mi vida estaba arruinada porque cautive a un monstruo con ideas de amarme pero que en realidad era obsesión que cuando acabara moriría en manos de él, porque antes muerto que dejar que muera si no es en sus manos.

Desde ese momento conocí a el Dylan que tanto terror temían y yo no quise escuchar