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Se concentro en la música que salía de sus audífonos, perdiendose en ella ignorado el mundo, pero algo, más bien alguien, lo desconcentro. Un espectador en la orilla del patinadero, un muchacho de cabello blanco. Lindo, debería admitirlo.

Lo hizo perder el equilibrio, cayendo de rodillas al hielo, sus manos quemaron por el frío de este. El chico le grito si estaba bien, riendo por lo bajo. Era el mismo chico con el que se topo en al calle.

Lo ignoro y siguió patinando, puso sus audífonos al volumen máximo y siguió.

Tiempo después sono su alarma indicando que eran 12:30 de la tarde, debería regresar a casa. Salió de la pista y se preparo para devolverse a casa.

De regreso a su casa decidió pasar por un café, las nubes pintaban de colores oscuros, indicandole que probablemente lloveria.

Cuando obtuvo su café, tomo sus dos pastillas y las paso con la bebida.

Caminó hasta detenerse en la parada de autobuses y esperar el que lo llevara a casa, no sabía que hacer el resto de la tarde así que planeo su día de programas hasta que anocheciera. Mañana no sería un día agradable, debía de estar descansando para soportarlo.

Llego a su respectivo edificio y subió las escaleras de este, no le gusta los ascensores. Como siempre lo recibió su gatita nieve y de dió de comer.

Se baño para quitar el sudor que se alojaba en su ropa para acostarse y poder ver películas cómodo.

Una vez en la cama, nieve lo acompaño como todos los días lo hacía. A veces era una molestia lavar muy seguido las cobijas y su ropa por el pelo que su mascota tiraba. Pero para el valia la pena.

De su mochila tomo las frituras y palomitas que anteriormente compro y empezó a comerselas después de reproducir algo en su laptop.

No tardo mucho en acabarselas.

- Sabes nieve- empezó a conversar con su mascota- conocí a un chico, era lindo, primero chocamos en la calle y después me observo patinar- la gata solo disfrutaba de las caricias que le otorgaba su dueño, haciendo caso omiso a este- tenía el cabello blanco, parecía Jack Frost.

El conversaba como si el animal entendiera lo que decía, pasaron otra vez las horas y eran las 8 de la noche. Se alistó para dormí, se vistió con su pijama y se acosto a un lado de nieve. Esperando a caer en brazos de Morfeo.

Alejate [ɴᴏᴍɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora