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El llanto que oía ente sueños, ya comenzaba a molestarlo. Dió un codazo ligero hacia MinHo, quien lo abrazaba ahora.
— Honnie, ya deja de llorar. No puedo dormir —Bostezó. Pero el llanto no paró, entonces dió un codazo más fuerte. — ¡MinHo!
— ¡Waaa! ¡¿Qué?! —Despertó por el grito, ya que ni siquiera sintió los golpes. —¿Qué pasa? —Preguntó, cerrándolos de nuevo y apapachando más a JiSung.
Pero el mayor quitó sus brazos de encima, sentándose totalmente perturbado.
— ¿Qué pasa? —Preguntó de nuevo un MinHo adormillado.
— ¿Recuerdas ese meme que dice que no hay nada más hermoso que la risa de un bebé, excepto cuando estas solo en casa y no tienes un bebé?
— Ajam..
— MinHo, ¿Estás sordo? ¿De quién es ese llanto?
— Qué llan- ¡Ay Dios mio! —Se sentó de golpe. — ¿Qué es eso? ¿Por qué se escucha el lanto de un bebé? —Tocó su pecho, asustado.
— Ve a ver
— ¡¿Qué?!
— Se oye en la sala, ve a ver —Le dió ánimos, golpeándolo suave con la mano.
— JiSung, en serio. ¿Me vas a mandar solo a las tres de la mañana para que vaya a ver a un bebé fantasma?
— Son las cuatro, MinHo.
— ¡Se entiende el punto! —Se cruzó de brazos y puchereó.
— Y yo que creí que mi Honniesito era valiente.
— ¡Soy valiente!
— Demuéstralo —MinHo apretó los puños
— Tú... Tú... Tú eres un manipulador —El menor se alzó de hombros
— Tú eres el manipulable. ¿Vas o lloro?
— Ya voy, ya voy —MinHo se levantó y tomó el bate que dejaba a un lado de la cama por si algún día se presentaba un ladrón.
Salió de la habitación.
JiSung estaba nervioso, pues había pasado un rato y el llanto del bebé continuaba, pero MinHo no volvía.
— ¡JiSung! —El grito de MinHo le hizo dar un salto en la cama por el susto.
— ¡Dale duro con el bate!
_ ¡No, Sung. Tienes que ver esto. No creo que pueda darle con el bate! —Frunció el ceño.
— ¡¿Por qué no?!
— ¡Ven acá, rápido!
El castaño se levantó con velocidad, no sin antes tomar la almohada. No sabía cómo se defendería con eso, pero algo debía sostener. También salió de la habitación.
