ELLOS

Su realidad

La la la, vivimos en la mente de todos los humanos, somos seres elocuentes y nos gusta hacerles daño, la la la la.....

Las personas creen que sólo se trata de una canción pero ellos no lo comprenden ¡Nunca lo han entendido!

Ellos están aquí, están conmigo. Creo que las personas piensan que estoy enfermo y que no merezco ser escuchado, es por esta razón que quise escribirlo y contarles mi historia, para que sepan que aquello que habita en nuestra mente es tan real como nosotros mismos.
Cuando tenía 5 años conocí a Marla; podría describirla como la niña más increíble y perfecta en el mundo, y bueno, para mí era todo lo que yo tenía. No entendía como las otras personas, y mis padres por supuesto, no estaban de acuerdo con esa amistad, decían cosas como "Ay, cariño tienes un amigo imaginario" "pronto la olvidarás y conseguirás amigos reales". Obviamente me sentía muy confundido, porque a mi parecer sus palabras no tenían nada de sentido.
Marla y yo compartimos mucho tiempo juntos y estaba conmigo en la escuela, me apenaba no poder presentarla ante mis compañeros de clases, mi mamá me ordenó que no mencionara nada sobre ella porque luego comenzarían a molestarme y burlarse de mí.
Con el pasar del tiempo noté que a mi madre no le gustaba que mencionara a mi amiga, por lo que opté por no contarle nada y ocultarle nuestra amistad, eso fue una gran solución. Deje de tener problemas y me mantuve tranquilo hasta que cumplí 10 años y en ese momento todo comenzó.

Había salido de vacaciones y me estaba preparando para una nueva etapa escolar, mi madre consideraba que era una buena idea que fuera un campamento de verano, la verdad no sentía ningún interés y tampoco quería ir, pero no podía desobedecer sus órdenes, así que no tuve otra opción. Todos los niños de ese campamento eran insoportables, nadie podía comprenderme más que mi gran amiga Marla, así que, cuando ellos querían hablarme o se burlaban de mí, les decía que Marla se encargaría de ellos y haría que se traguen sus sucias palabras.

En ese momento me sentí muy seguro pero, cuando regresó el director del campamento, se había quejado con mi madre y ella comenzó a interrogarme
¿Acaso aún tienes ese amigo imaginario? ¡No te quedes callado! ¿Por qué dijiste esas cosas? ¿Qué te sucede?
Yo opté por decirle que lo había recordado y que sólo quería asustarlos para que no me molestaran, obviamente no le iba a contar sobre Marla.

Creí que todo eso había terminado y que mi madre había creído lo que le dije, sin embargo, no fue así. Una semana después me ordenó que suba al auto y no me explicó a dónde íbamos y sí, me encontraba sentado frente a un señor que no conocía y que me empezaba hacer preguntas acerca de mi amistad con Marla, preferí quedarme callado y no decirle nada, mi mamá se molestó y me dijo que debía cooperar con el señor en la próxima sesión.

Antes de la siguiente sesión tuve un problema con los niños del vecindario, ellos siempre me molestaban, así que Marla decidió darles un pequeño susto. Agarró uno de los columpios en los que se encontraba un niño y lo empujó con fuerza, lo que ocasionó que el niño se lastimara la muñeca. Todos me culparon a mí, por lo que la madre del niño fue a quejarse con mi mamá, quien se molestó mucho, en ese momento, sin querer y por intentar defenderme, le dije a mi mamá que no había sido yo, que fue Marla, y que lo hizo para vengar el trato que tenían los niños conmigo.

Mi madre le comentó eso al psicólogo, ese día me toco hacer algunos dibujos creativos, se podría decir que fue lo mas normal de ese encuentro, luego me llenó de muchas preguntas extrañas que tuve que responder, porque mi madre antes me había mencionado que me iba a castigar si no lo hacía. Pasé por un proceso muy difícil, después de eso, muchas personas iban a verme y tenía que hablar con ellas, me obligaron a tomar pastillas y con eso no volví a saber más de mi mejor amiga. Pasé mis dos primeros años de secundaria solo, nadie me hablaba todos se habían enterado de mi tratamiento por lo que me tenían miedo. Estaba tan cansado de todo eso, por lo que creí que vivir era una pérdida de tiempo y justo en el momento en el que iba acabar con todo ese infierno lo escuché :

"mi niño de papel, que estás tratando de hacer, acaso no quieres compartir conmigo. Mucho gusto, yo soy tu nuevo amigo".

Mire hacia todos los rincones de mi habitación, pero no había nadie, así que creí que lo había imaginado, había empezado aceptar mi realidad sólo era un niño enfermo con problemas mentales que nunca ha tenido un amigo por no ser normal. Me quedé en silencio por unos segundos hasta que lo escuché de nuevo
"No me busques en tu realidad, créeme amigo no existe sólo una"

En ese momento sentí mucho miedo porque ya me había tomado mis medicamentos, por lo que era demasiado extraño escuchar ese tipo de voces salir de mi cabeza.

"Yo soy real, muy real, no niegues que yo existo, acéptame amigo, estoy contigo" "somos más que voces, sálvanos y te salvaremos"

-¡Noooooooo! No eres real, no lo eres, solo es mi cabeza, solo eso...

Fueron mis palabras en ese momento, estaba cansado de no ser como los demás, de vivir bajo las sombras escuchando cosas que los demás no. En ese momento no había comprendido lo hermoso que es  vivir su realidad.

Cambié de opinión en ese momento creí que lo mejor era descansar y esperar a que amaneciera, asumi que ya no volvería escuchar la voz y que todo estaría tranquilo. Sin embargo, todo cambió, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, eran ellos sentados en nuestros cuellos, halando nuestro cabello y golpeando nuestras cabezas, haciendo que tomemos malas decisiones.
Nunca me sentí tan vivo como ese día, todas las personas vivían lo que yo vivía, solo que no las veían, esto lo hizo aún más deprimente, no saben las cosas increíbles que se pierden.

Bueno...
Quizás en este momento se están preguntando, por qué motivo estoy aquí, encerrado sin poder disfrutar del mundo y de ellos.
Ese día mi madre me pregunto,  ¿por qué estoy hablando de cosas que ella no podía ver?
Me cansé de eso por lo que...