Crees conocer tan bien a tu profesor de computación, un hombre guapo a la vista de todos, con un buen cuerpo y una forma de enseñar divertida convirtiéndose en uno de los profesores de la universidad más queridos, nadie pensaría que aquel hombre est...
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Esta es su parte favorita de su día, luego de sentir las tibias gotas de aguas trazar pinceladas en su morena espalda. Suspiro, sintiendo sus músculos relajados luego de una cálida ducha, con toallas suavecitas secando su gran cuerpo.
Camino hasta su escritorio, solo tenía que dar una clase online y podrá disfrutar de ver esa bella cara. Ser profesor de computación le venía bien, tenía un muy buen sueldo y podía ver esa cara cual perfecta pintura en lienzo todo lo que resta del día.
Por ahora, solo lo trataría como a una estudiante más, un alumno más, eso es lo que, pero es inevitable, es inevitable no usar aquel programa informativo para acceder a su cámara y ver sus cabellos negros mecerse con el viento.
Mientras abrochaba vagamente su camisa esperaba pacientemente que sus alumnos se conectaran mientras observaba la hoja con la lista de alumnos, de lunes a viernes es lo mismo, ir a la universidad temprano, hacer tres a cinco clases y llegar a casa a hacer una. Recuerda la vez que se quejó con el director por esto, es el profesor de computación, necesitan e computador a completa disposición en vez de enfocarse en ver al profesor, pero aquel viejo de 50 años le dijo que esa última clase sería de simple información para poner notas.
Con su mente en un viaje a aquella casi pelea no prestó atención a que sus alumnos ya se estaban conectando, inclusive su favorito, Levi Ackerman, joven de apenas 20 años que ha estado en el cuadro de honor dos años consecutivos desde su ingresó a la universidad, simplemente admirable, desde su forma de actuar hasta su físico, que bello chico.
Recuerda como una vez se quedó escuchando a un grupo de chicas hablar de él, desde rumores y verdades que las chicas se dieron cuenta e involucraron al profesor en el chisme, se enteró de muchas cosas que la gente piensa del chico de baja estatura, desde ese día, de vez en cuando se juntan esas chicas y Eren para ponerse al día con rumores del joven y de la universidad en general.
Tiro de su cabeza para atrás, chocando su cuello con el respaldo de esta, dejando a la vista de sus alumnos su perfecta nuez de Adán morena a completa disposición visual, su cabello de chocolate aún mojado goteaba mojando levemente su blanca camisa desordenada.
Dejó de quejarse mentalmente cuando un llamado de una de sus alumnas lo sacó de su ensueño, no es novedad que Eren dice que lean cierto capítulo del libro y que le hagan un resumen o un mapa conceptual dependiendo del contexto, algunas veces se compraba licencias falsas por tres horas para no hacer esa clase, en presencial es distinto, todos traen sus computadores y se ve el entusiasmo del profesor, es obvio que odia los libros y el solo hecho de hablar de ellos, es más de acción, pero hoy, sería distinto.
— Con cuaderno y libro a mano en la página 37, la información en aquella página nos servirá para la próxima clase.
Ordenó con aquella gruesa voz y cierta indiferencia, sin pensar en el caos que causo en el estómago de cierto alumno con esa simple orden.
