CAPÍTULO DOS
Arranca el coche.
Me quitan la bolsa.
Una señora.
Mi abuela.
¿Mi abuela me quiere violar y matar?
-Hola cariño, bienvenida- me dice sonriendo.
-¿Tu estas mal de la cabeza? Llevas desaparecida cuatro años, mama te a llorado como si te hubieras muerto, me estas secuestrando, me da igual que seas mi abuela, te voy a denunciar- Mi abuela se fue y mi, que siempre había estado muy unida a ella, lo paso realmente mal. Esta señora hasta el cabo de un año no dio señales de vida, lo peor es que fue una carta, una maldita carta que no duraba ni la primera plana de una página.
Empiezo a buscar mi teléfono, pero no lo encuentro, seguro que se me a caído en el momento en que intentaban meterme en el coche.
-No me faltes el respeto que soy mayor que tú- tengo ganas de arrancarle el moño de tu arreglada cabeza. Esta perfecta, con algunas canas añadidas desde la última vez que la vi, pero sigue siendo o al menos lo parece aquella señora que cuando era más pequeña me contaba cuentos antes de irme a dormir.
-Me acabas de meter en un coche sin mi consentimiento y quieres que reaccione normal, pensaba que me iban a violar y después cortarme en pedacitos para luego quemarme- y todo lo digo con mucha eufória e ira, intento que mi mirada refleje odio para ver señales de dolor en su cara, para que se de cuenta de que le hizo daño a la única persona que siempre a estado y que nunca se a ido de mi vida
-Tranquilizate querida, no seas tan dramática- lo dice normal, esta neutra, no tiene expresión alguna en la cara, tiene un problema muy grave.
-¿Dónde has estado? Mama a estado destrozada por tu culpa, al año de desaparecer enviaste una carta a tu hija y nieta diciendo que nos olvidáramos de ti, que tu ya te habías construido una vida sin nosotras y que debíamos de hacer lo mismo- le quiero echar todo en cara, para que sepa lo que duele que te abandonen.
-No es cierto, me tuve que ir porque no me quedaba más remedio, pero siempre he estado, aunque te parezca el diablo no lo soy, he estado en todos tus momentos importantes, pero tuve que irme.- ¿Me quiere tomar el pelo? ¿O lo estará diciendo de verdad?.
-Jannet, no te entiendo. Una persona no huye y abandona a su familia porque no le queda más remedio, siempre hay alternativa. ¿Sabes quien me enseño eso? Tu hija, la cual es mucho mejor madre de lo que fuiste tu con ella- me esta saliendo toda la ira por la boca, hoy tenia que ser unh día bonito, mi último primer día de instituto.
-Si prefieres llamarme por mi nombre hazlo pero que sepas que con ello no me vas a hacer daño, soy consciente de todo el dolor que le hice pasar, pero cuando te explique todo lo entenderás.
-¿Y porqué ahora, y justamente un día que es muy importante para mi?- tengo ganas de llorar, pero no lo voy a hacer, no pienso mostrarme débil ante ella.
-Ha pasado algo... Bueno más bien me he enterado de algo, es común en la gente de tu edad- lo dice y parece... ¿Nerviosa? La mujer que a estado todo el trayecto como una momia y¿ el primer sentimiento que le veo reflejado en su cara es de nervios?
-¿Dónde me llevas?- Estoy nerviosa, ya no llego para que me dejen entrar en clase, he perdido a Mike, parece que estoy viendo un fantasma justo delante de mí, me sudan las manos y toda la situación en sí me estresa.
-No puedo decírtelo, hasta que no lleguemos a un sitio donde este segura de que nadie nos oye- a muy bien, de maravilla abuela fantasma.
A partir de ahí consigo quedarme callada durante todo el trayecto, esto es indignante.