Closer

Pull me closer

Geto Suguru. No había manera de que los ojos pudieran confundirlo con alguien más de la facultad de ingeniería. Ella lo vio entre la multitud y pretendió no hacerlo.

Después de las presentaciones, el in ear monitor de la joven vocalista, marcaba el tempo de la primera canción. Mientras ella cantaba las primeras estrofas, no había otra cosa más que Geto Suguru en su mente. Se habían conocido en la facultad, durante los primeros semestres, en clases. Ella aún era una chica muy introvertida y él también era una persona tranquila. Pero esas cosas siempre suceden al inicio de la vida universitaria; conforme va avanzando conoces personas y cambia la percepción de tu vida, te atreves a hacer cosas que antes no harías. Al menos así fue para ella.

Empezaron a hablar unos semestres después, en unas cuantas clases. Después de todo, al estudiar ramas diferentes de la ingeniería, solo había algunas cosas en común como para toparselo en clase todos los días. Pero cuando las tenían; después de conversar un corto tiempo antes de clase y de algunos proyectos en equipo, ella empezó a notar su presencia sutilmente. En la papelería de la facultad, en la cafetería, en la biblioteca... y una cosa acerca de él, es que a pesar de que era discreto, no podría quitarle los ojos de encima. La fuerza del destino hizo que fueran amigos, pero nada más; hasta ahora.

Por fortuna, cantar era algo que a ella se le daba muy bien; una vez que la letra de una canción entraba en su cerebro, podía cantarla en automático, pensando y haciendo otras cosas. De no ser así, ella dudaba que hubiera podido dar un show decente esa noche. Reconocía que verlo a él, parado en esa multitud, la ponía nerviosa, así que prefirió no hacer contacto visual en la zona donde sabía que él estaba, al menos no por mucho tiempo.

Después del show, toda su banda se dirigió a los camerinos, que estaban en un edificio de varias plantas,detrás del gran escenario; había que caminar un poco para llegar. Estaban decidiendo animadamente a que lugar ir a beber para celebrar, mientras ella, algo distraída, prendía un cigarrillo para salir al balcón a fumarlo tranquilamente. Suguru era lo único que estaba en su mente últimamente. Cada vez que ella lo veía en la facultad con sus amigas, cada vez que cruzaban algunas palabras, alguna conversación banal acerca del tiempo o los deberes de la universidad. O incluso acerca de sus planes de vida.

Él sabía que ella se había unido a una banda, después de todo, la misma se armó en la universidad, después de que Nobara, la amiga con la que compartía un pequeño departamento en la ciudad, se diera cuenta de sus habilidades en el canto. Nobara formó la banda básicamente. Con Itadori en la batería, Satoru en el bajo y Sukuna, el gemelo de Itadori, siendo la guitarra principal. Ella ya sabía tocar la guitarra de antemano, así que asumió el rol de vocalista y guitarra secundaria. ¿Cómo sabía Suguru que ella formaba parte de esa banda? Muy sencillo. Satoru era su mejor amigo.

Ella exhaló la última calada del cigarrillo y aplastó la colilla en el cenicero. La música de las demás bandas resonaba fuerte por todo el lugar, después de todo no estaban muy lejos. Y el evento iba por la mitad a duras penas. El resto de sus compañeros se encontraba en el pequeño cuarto donde tenían sus pertenencias y había una pequeña sala de estar, donde estaban celebrando su actuación.

Entró al pequeño living room que la hacía de camerino (inclusive tenía un pequeño tocador, en una esquina). Satoru estaba comiendo ositos de gomita de un bowl, Sukuna e Itadori estaban discutiendo acerca de quién logró un mejor desempeño durante toda su actuación; ella los vio y sonrió: ese par siempre estaba discutiendo, pero eran increíblemente talentosos. Los solos de Sukuna eran explosivos, al igual que la batería de Yuuji.

-Chicos, necesito ir al baño, ¿Alguien sabe en donde están?

-Creo que al fondo del pasillo, casi junto a la escalera -respondio Saroru. Los otros dos seguían discutiendo.