Matrimonio y enlace.
La época en la que Steve nació, creció y a la que tuvo que renunciar le enseñó que lo correcto e ideal era ser un alfa. Un alfa que se enamorara de una mujer omega, que se casara con ella, que tuviera hijos sanos y que sirviera fielmente a su país hasta su muerte. Ese era el camino marcado para tener una vida decente y moral. La vida que su padre Joseph tenía hasta que él nació. Joseph Rogers servía fielmente al ejército de su país, estaba casado con una mujer omega muy audaz como Sarah Rogers y esperaba la llegada de un hijo alfa y sano. Pero, lo último no sucedió. Steve nació siendo un beta enfermo y pequeño, decepcionando al oficial Rogers quien se negó en reconocerlo hasta después de su muerte en combate. Mas, no su madre Sarah. Tal vez, por remordimiento de haber atendido a enfermos en plena batalla, Sarah se quedó con Steve, aprendió a amarlo, a cuidarle y protegerle. Ella dejó sus prejuicios por amor a su hijo. Lo que Steve agradecía cada día. Pues, no solo evitó que Joseph le abandonara en el bosque cuando apenas era un bebé, sino que le ayudó a soportar una crianza bajo el odio y vergüenza de un padre como Joseph Rogers. También, a detestar a los abusadores que, bajo el manto de alfa, de oficial o de enemigo se aprovechaban de inocentes, inocentes como su madre.
Es por eso que, aun cuando no contaba con la fuerza y agilidad de un alfa, Steve no se escapó de ninguna pelea, no se rendió a pesar de tener una derrota asegurada, de tener a un rival el doble de grande que él. Siempre estuvo dispuesto a defender a los inocentes y hasta ir por la guerra por ellos. Y así fue. Rogers no pudo conformarse con ser un obrero porque nunca le pareció justo que existiera hombres entregando la vida en combate, mientras que él se dedicaba a algo tan banal como recoger metal para las fábricas. No sobrevivió para hacer esto. Su padre fue un oficial y su madre, una enfermera de combate. Ambos dieron sus vidas a su país y él tenía que hacer lo mismo. Por lo que, luchó. Luchó para ser admitido en el ejército, para que el oficial Chester Phillips le aceptara, para contar con el apoyo de una omega tan valiente como Peggy Carter y para que el doctor Abraham Erskine le confiara el trabajo de su vida: el suero del supersoldado. Pero, sobre todo luchó para continuar siendo un buen hombre, ese en el que el doctor Abraham confió. Aún después, de perder a Bucky, al amigo que nunca le abandonó, juzgó y desconfió. Luchó para no perderse con su nueva casta de alfa que el suero le concedió, para no volver al ser el títere que el Estado usó para recaudar fondos y para que el terror de Hydra regresara.
Steve entregó su vida cuando se hundió en el hielo.
No esperaba ser despertado a una época que no entendía, a una época que contaba con un gran número de omegas hombres y betas existiendo, a una época que derrumbaba cada regla que le inculcaron con una nueva libertad. Y aún más, vivir en una época en donde Peggy, la mujer que amó, había hecho su vida y que sus amigos del Comando Aullador se hallaban muertos. Él ya no tenía nada en esta época. Nada que no fuese ser el Capitán América que el mundo recordaba y daba por fallecido. Eso le quedaba, mas no le bastaba para acabar con esa desolación que le impedía adaptarse a esta época. Hasta que Los Vengadores se formaron. Fue recién ahí en donde pudo retomar una parte de sí, en donde pudo volver a sentirse nuevamente un soldado y a creer que quizás existía una razón de su sobrevivencia. Ellos, Los Vengadores, le ayudaron a adaptarse a esta época, a tener de regreso la ilusión de contar con un equipo y encontrar en ellos la percepción de ser un buen hombre. Claro, hasta que sus sentimientos por Tony Stark, un omega hombre y muy peculiar, le traicionaron.
El recuerdo de Tony hizo que Steve bajara la cabeza y besara el anillo que aún portaba en la mano. Sin saber que Natasha se encontraba detrás de él. Con un carraspeo, la espía se acercó a Rogers. —Vine a informarte que Maximoff está por partir.
— ¿Ya acordó con Visión sobre dónde se encontrarán?
—Se irán a Escocia por unos meses. —Natasha miró de reojo a Steve. El rubio se encontraba pálido, más delgado de lo que parecía, con el rostro marcado por el cansancio y la falta de sueño, y con una mancha roja en el cuello. Era Tony. Tony estaba enfermando y Steve lo sentía. —Estoy segura que Visión le informó a Tony. —Trató de meter en la conversación al genio.
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CELO
Fanfiction[•] Pareja: Stony. [•] Ambiente: Post - Civil War. [•] Advertencia: Omegaverse e historia corta. [•] Aclaración: No tiene un final feliz, pero sí ha abierto a la interpretación de cada uno. [•] Recordatorio: Los personajes no me pertenecen, sino...