Víctor nunca se había considerado una persona celosa, le parecía incorrecto poner en duda los sentimientos y lealtad de su pareja. Le parecía maravilloso que acenix tuviera su propio grupo de amigos y tiempo para el, Por ser su pareja no debería estar controlandole su vida y eso lo tenía más que claro si no quería que su pareja se alejara de su lado.
Pero siempre habria una primera vez para todo, y esta vez era el primer día que moría de celos internamente.
Al ver como su chico de cabellos grisáceos, con su tierno suéter gris y pequeñas orejas de gato asomándose por entre la capucha. Tumbado en el suelo de una mina y bueno podríamos decir que tenía a un poco menos de sus compañeros encima de su cuerpo.
Mike tenía su cabeza apoyada en el pecho de su pequeño, mientras que sparta tenía una de sus manos muy cerca de la entrepierna del grisáceo y jon estaba tumbado con su mano aplastada por el trasero de acenix luego de la caída que habían tenido al cavar en una de las minas que había encontrado para refugiarse de la noche.
Sabía que eso había sido un simple accidente minando con sus compás, que no tenían ninguna maldad e intención de acabar en esa situación. Ya que todos ellos tenían pequeños moretones y ligeras cortadas en sus brazos tanto como en sus rostros.
Pero no podía no sentir celos al ver a sus amigos tan cerca del grisáceo.
Y no fue solo eso, no, esa fue la punta del Iceberg. Cuando estaba tranquilamente charlando con timba, su mirada se poso en la cabellera grisácea que estaba bajo la sombra de algunos árboles algo alejados. Más Jon tenía su brazo enredado en la cintura de acenix mientras este le miraba con notorios nervios y vergüenza.
Mentiría si dijiera que haber visto tal escena no le revolvió un poco el estómago.
"Solo son amigos, amigos" Se repetía mentalmente el espartano mentalmente tratando de convencerse así mismo en su mente. No era justo sentir celos, confiaba ciegamente en acenix.
Llegó la noche y después de estar minando y jugando con los demás al escondite, donde al final había quedado como ganador timba al pillarlos a todos en poco tiempo en la última ronda, todos se fueron a sus respectivos cuartos.
A acenix le extraño no ver a Víctor, pensó que se podría haber enfadado por lo de antes. Decidió cambiarse y dormir para mañana disculparse con Víctor por la escena que había sucedido horas atrás. Hoy se había sentido demasiado agotado de emociones.
Cuando estaba en la comodidad de su cama escucho el golpeteo de alguien en su puerta, con toda la pesadez del mundo se levantó y colocó sus pantuflas de gato, arrastrando sus pies fue a abrir la puerta al mismo tiempo que se sobaba el ojo con una mano.
Nada más abrirla sintió como alguien lo abrazaba con notoria posesión. Cerro los ojos y la puerta también fue cerrada de golpe por la fuerza e inercia del viento, ambos habían caído al suelo.
Acenix abría uno de sus ojos lentamente por el anterior impacto de su espalda contra el frío suelo, para observar que quien lo abrazaba de forma tan posesiva no era nadie más que Víctor. De pronto sintió como su pijama fue agarrado dejando ver su hombro derecho.
–¿Vic-tor? -sintió el aliento del mencionado sobre su hombro, provocándole un escalofrío junto un gemido involuntario que no pasó desapercibido por el castaño quien había clavado sus dientes en el desnudo hombro de su novio- Víctor, ¡Para! -el grisáceo se quejaba y retorcia por el dolor que le provocaba aquella mordida tan repentina, lágrimas amenazaban con salir de sus ojos color Esmeralda. - Duele, ¡Por favor para ya! - y cuandi sintió que la mano ajena comenzaba un recorrido por debajo de la parte superior de su pijama hasta llegar al borde de los pantalones para llegar a su entrepierna, lo pateó así logrando alejarlo unos cuantos centímetros de el.
Lo había pateado con fuerza, por fin había logrado quitárselo de encima. Retrocedía hasta que sintió su espalda chocar contra una de las paredes y se sentó con las rodillas pegadas a su pecho. En su hombro tenía una gran marca Roja y con un poco de sangre por alrededor, lo que hacia que le ardiera al tocarla tan solo levemente.
Miro al castaño sin apartar la mano de la zona herida, observaba como se sobaba la zona de su abdomen cabizbajo, de pronto su mirada se encontró con la de acenix. Preocupado, se acercó al grisáceo.
–A-acenix yo, perdoname no se que fue lo que me paso, no se que se me cruzó por la mente para haberte haberte hecho esto... - instantáneamente apartó su mirada del chico que tenía frente a el, no se sentía capaz de mirarlo nuevamente a los ojos luego de haberlo lastimado de esa manera, solo por unos estúpidos celos.
–Víctor.. -el grisáceo veía como el espartano estaba a punto de llorar. -
– Lo siento.. Por favor perdoname acenix, no pensé en lo que hacia... De verdad lo siento tanto -agarro con miedo el hombro intacto de su novio.-
–Tranquilo Víctor se que nunca me harías daño, pero no vuelvas a hacerlo ¿si?
–Lo siento de verdad -su voz se quebró y nuevamente estaba cabizbajo cual niño pequeño esperando un regaño por parte de sus padres. Una lágrima traicionera había salido dando a entender que se sentía completamente arrepentido y culpable, pero no quería mirar al grisáceo. Se sentía tan avergonzado por su actitud posesiva que terminó dejándose llevar por sus celos.
Cuando esperaba que le reprochara y despreciara por lo que había hecho, el grisáceo solo le acarició suavemente la cabeza con ternura.
Esa hermosa sonrisa tan cálida, juguetona, amorosa y radiante hacia que su corazón latiera de manera desbocada cada que lo miraba. Víctor de verdad que quiere proteger a su pequeño, tanto como la sonrisa que solo el podía ver todos los días.
Lo abrazo con cuidado, de forma sumamente lenta. Se poso en el hombro donde ya solo quedaba una muy notoria marca Roja de sus dientes, la miro y beso repetidas veces.
–Se que no me lo merezco, pero... -se separó lentamente del abrazo para observar las Esmeraldas que tenía por ojos acenix. -Me gustaría... -su mirada se poso en los finos y rosados labios del chico.-
Y sin más, con una tierna risita acenix se acercó cortando la distancia de forma algo brusca y torpe pero especial a la vez. Simplemente el ver como los ojos del chico se cerraban y su rostro tomaba un fuerte tono rojizo, como el sabor de sus labios era tan especial y como apoyaba sus manos, sobre las suyas lleno de timidez. Era simplemente hermoso.
Y así Víctor aprendió a no ser tan brusco y aprender a controlar sus celos de adolescente.
Bueno hasta aquí el episodio de hoy, estaré actualizando todos los días.

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~I n v i c n i x W e e k~
FanfictionPasen y disfruten, espero que esta pequeña historia sea de su agrado.