Capitulo 2

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Tengo dieciocho años, voy a primer año de universidad y vivo en un departamento de 5 pisos ,junto con mi madre. En si cada departamento es muy espacioso y no podría quejarme de los vecinos, pues son muy amables, es eso o a mi agrada toda la gente.
Mamá siempre me dice que tengo que enfocarme en los estudios y olvidarme de los chicos por un buen tiempo, que no arruine mi vida y mi futuro por tomar malas decisiones. Por lo que, la repentina confección de mi vecino equivaldría a la tercera guerra mundial entre mi madre y él. Lo mejor será dejarle en claro que no me gusta y que no quiero problemas.
Busco mi celular, que está en el sofá, y con con dedos temblorosos y los nervios de punta, me dispongo a teclear.

Lidia
Lo siento, pero usted no me gusta. No quiero problemas con su esposa y mi madre.

Desconocido
Cariño, que mi esposa no te preocupe, termine con ella y si el problema es tu madre, déjame hablar con ella. Se que te gusto, tus niraditas y sonrisas en los pasillos cuando nos cruzamos me lo dicen...

Este hombre esta loco. Mal entendió mi amabilidad.
Decido no contestar y hacer de cuenta que esto no paso, que es únicamente un mal sueño. Me acomodo en el sofá para tratar de relajarme, cuando de golpe la puerta de entrada se abre y, al mismo  tiempo mi celular suena anunciando un nuevo mensaje. Mis nervios están por explotar.

-¿Te sientes bien Lidia?- es voz tan dulce y comprensiva me calma. Apoya su mano en mi hombro y lo apreta sutilmente para luego besar mi frente.

La miro y pongo mi mejor sonrisa.

-Si mami, voy a mi cuarto a estudiar, mañana tengo un examen muy importante- y es verdad, mañana tengo un examen de pedagogía.

Me levanto, voy a mi habitación y cierto con seguro. Desbloqueo mi celular y leo el mensaje.

Desconocido
Contéstame. Por favor Lidia.

Lo dejo en visto y por las dudas apago mi celular y pongo toda mi energía en estudiar para el examen.

Sin Retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora