•Capítulo 4•

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 [08:30 a.m.]

Abro los ojos apenas, estirando mi cuerpo y girando la cabeza a un lado de mi, Sara no está.

Podría sorprenderme pero con lo que he conocido de ella anoche, creo en que se ha ido sin esperar algo. Ansío cruzármela en otro momento, es una mujer bastante peculiar y creo podríamos hablar de muchas cosas, tal vez, hasta ser amigos.


Camino al baño y una vez frente al espejo veo los numerosos chupones repartidos por mi cuello. Sonrío un poco y  me aproximo a encender el grifo.

[...]


El día esta igual de bonito que ayer. El frío sigue presente. Me gusta esta época del año porque me resulta relajante, el frescor de la mañana es abrasador aunque cálido, el sol es un buen acompañante.

Tomo asiento en la banca y me dispongo a sacar el mechero junto a un cigarro, miro alrededor mientras coloco este entre mis labios. En la esquina se encuentra una parada de autobús donde tres personas suben y por el rabillo del ojo puedo notar movimiento, volteando a ver puedo divisar a un chico corriendo.

Agudizo la mirada y...

¿Jason?


Su cabello castaño atado en una coleta y despeinado por el viento, no porta esas gafas de gran aumento que se asemejan a unas lupas por lo que pasa frente a mi sin notar mi presencia, al parecer corre tras el bus que para su mala suerte acaba de arrancar.

Sigo observándolo completamente anonadado, no he sido capaz de reaccionar. Se le ve agitado y un poco alterado.

Salgo de mi trance al sentir el cigarrillo aun entre mis labios y me dispongo a encenderlo. Sin meditarlo mucho más me pongo en pie y camino hasta él con tranquilidad, pareciera entretenido desahogándose con el aire.

Una vez estoy cerca, doy una gran calada prestando atención a sus quejas.


— Vaya que eres rápido, amigo. —hablo de repente expulsando el humo en cada palabra.

Bufa y me mira algo enfadado— Se supone que debía alcanzarlo, y ahora estoy aquí como idiota parado intentando recuperar el aire. Yo nunca faltó a mi trabajo..., James —habla rápidamente entre jadeos.

— Solo seria este día. Vamos, como si nunca tuvieras problemas, chico. Además, recuerdo que tenías un auto. —doy otra calada mirando detenidamente sus facciones. El frío provoca que su nariz y sus mejillas estén rojas.

Debo suponer que su jefe será comprensivo, cualquiera puede perder el bus, de lo contrario seria un poco tonto. Aún así espero respuesta, tengo que aprovechar el momento.

Suspira frustrado y hace un leve mohín con sus labios que también se ven rojos.

Se ve adorable. 

— Lo tengo, pero lo uso solo...solo para mo..mentos especiales. -responde a lo del auto-  es la primera vez que faltó... ¿y si me corre? n..no quiero que me despida, James. —sus ojos se cristalizan.

— No creo que lo haga, Jason. El autobús no está programado para que solo tú te subas. Seguro comprenderá que el conductor no te ha visto y aceleró. —le animo.— ¿quieres que te acompañe?

The Boy; ·I|Jameson|I·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora