Uno es tímido con el mundo y elige pasar desapercibido, el otro abraza el mundo y ama su atención.
Dicen que lo opuesto se atrae. ¿Será esto cierto para Arthit y Kongpob?
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Esta historiano no es mia la estoy traduciendo gracias a la escr...
Me estiré y bostecé tratando de mantenerme despierto, pero esta brisa fresca y la sombra no ayudan sin mencionar que mi cuerpo todavía está en modo de vacaciones. Hoy es el primer día del nuevo semestre y mis amigos aún no han regresado de las vacaciones.
Las clases no han comenzado oficialmente y estoy muerto de aburrimiento. Sin embargo, trato de disfrutar de la poca paz que tengo, porque el segundo año de la escuela de medicina no es una broma. Mientras me siento allí contemplando cómo desperdiciar el próximo par de horas de mi día.
Miré a mi alrededor en busca de inspiración cuando mis ojos se posaron en los dos más conejitos de nieve más lindos que he visto en mi vida.
Uno de ellos era juvenilmente adorable y tenía un cuerpecito pequeño, piel blanca como la leche y labios rosados y regordetes. El otro era más serio, un poco más alto, su cuerpo era delgado pero aún lograba retener una suavidad en él.
También tenía la piel blanca como la nieve, pero sus labios eran delgados y de color rojo cereza.
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Ellos despertaron mi interés. El conejito más pequeño no pudo contener su emoción. Saltó alrededor, sus ojos incapaces de fijarse en una cosa por más de un segundo. Tenía una risa contagiosa que llamó la atención de los alrededores sobre los espectadores.
El otro conejito era todo lo contrario, parecía desinteresado y abrumado, sus labios estaban apretados mientras miraba a la gente que los miraba. Parecen lo suficientemente interesantes como para pasar el resto del día con ellos.
Además, estoy ansioso por ver si la conejito cara de piedra realmente puede sonreír. Si es tan guapo con una cara seria, puedo imaginar cómo se ve con una sonrisa o riendo. Con un interés recién descubierto, me puse en marcha para adquirir mis objetivos.
Me acerqué a ellos mientras la pequeña conejita examina el mapa de la facultad.
"Ahora, ¿qué estarán buscando dos conejitos callejeros en la escuela de medicina?" Ambos se vuelven a mirarme, cara de piedra.
"Genial, ¿eres estudiante de medicina? ¿Podrías ayudarnos? ¿Sabes dónde está la oficina de la facultad?" Lanzó una pregunta tras otra sin darme la oportunidad de responder.
"Whoa, más despacio, conejito, uno a la vez" les sonreí encantadoramente.
"Lo siento" se sonrojó, tan lindo pensé.
"Está bien, para responder las preguntas que escuché, Sí, soy un estudiante de medicina de segundo año, estaría feliz de ayudar y sé dónde está la oficina" Suspiró aliviado
"Oh, gracias a Dios, mi nombre es Roma "Esbozó una sonrisa.
"Hola Roma, mi nombre es Bright" le guiñé un ojo.
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