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Un ruido lo despertó del mundo de los sueños haciendo que se removiera en aquella cama aún con los ojos cerrados.

Estiró su diestra a un lado en busca de la calidez del cuerpo contrario como todas las mañanas, pero que esta vez no encontró, obligandolo abrir lentamente sus ojos hasta enfocar la vista mirando hacia todas partes de la habitación en busca de algo.

O mejor dicho, de alguien.

En eso alcanzó a ver la hora en el despertador de la mesita de noche y a unos cuantos metros más adelante al cuerpo de Jimin inclinado en el piso justo al frente del guardarropa. Ese insoportable objeto con 8 centímetros de separación del suelo en sus cuatro patas y en donde más de una ocasión llegó a parar su celular metido ahí abajo.

No recordaba cómo había sucedido eso, pero si recordaba el echo de que fue un tremendo dolor de culo para sacarlo después.

Aunquen ver al castaño tan forjado en sacar algo lo extraño. Por un momento llegó a pensar que iban tarde a la Universidad pero luego recordó que hoy era domingo y a estas horas de la mañana para Jungkook era un pecado levantarse.

¡Apenas eran las 7:10 a.m! Y ya su pequeño andaba haciendo de las suyas, cosa que le extrañó.

Pero viendo la situación de otra forma, al parecer su precioso castaño buscaba algo en particular y cualquier cosa que caía bajo ese lugar siempre había que agacharse a recogerlo con todo el pesar del mundo.

Justo eso se encontraba haciendo el menor, estaba inclinado y su rostro casi que tocaba el piso -un poco más y lo besaba- mientras su diestra la estiraba por debajo del guardarropa intentando alcanzar algo que no podía encontrar más que diminutas pelusas, algo de polvo y... esperen.

¿Eso era una pedazo de uña?

Que asco.

Fue lo que pensó el castaño.

Es que, dios mío. Eso era ¡Inaceptable!

Bueno, peor hubiera sido encontrarse una cucaracha muerta.

¿Cuando fue la última vez que llegó a limpiar por ahí abajo?

No lo recordaba, ultimamente la universidad lo mantenía tan ocupado al igual que Jungkook.

Pero hoy despertó con ánimos y quizás un poco de limpieza le haría bien a su pobre departamento. Más al rato cuando se cambiara de ropa pondría manos a la obra, aunque todavía andaba con las fachas en las que se durmió, llevaba puesta la camiseta de Jungkook y por su pequeña y delgada complexión le quedaba grande, por eso no le veía caso ponerse nada más que sus bóxers.

Cosa que esta vez no llevaba puesto, a causa de uno de los tantos encuentros por las noches con el azabache. Y bueno, omitiendo la parte en donde supuestamente la camisa le cubría por completo incluso si se inclinaba a recoger algo, pues justo en esos momentos la prenda no cumplía su función inicial. La traicionera camisa apenas le llegaba a cubrir la curva de sus nalgas... aunque ni tanto, y entre sus piernas levemente separadas se veía el leve bailoteo de su amiguito saludando a diestra y siniestra.

Your Smell ❁ Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora