El sol traspasaba las pequeñas rejillas que hacia la persiana de mi habitación. Ya había amanecido, pero tenia muy pocas ganas de levantarme, aunque fuera martes, no me podía ni levantar gracias a la resaca que tenía de ayer. No recordaba nada, solo que llegué a casa descalza con los tacones en las manos. Miré el despertador. Llegaba tarde a la universidad. Me daba igual. Ir a la universidad no era tan increíble como todo el mundo pensaba que era. Las clases ni en sueños eran como te las enseñaban en las películas. Eran clases grandes con aproximadamente 50 pupitres una pizarra y un proyector, y por suerte había calefacción y aire acondicionado. El exterior del campus no era verde y bonito. Era una especie de patio de primaria, solo que no había porterías de fútbol, ni canastas de baloncesto. Había una zona de picnic sobre unas losas de madera junto unos arboles que hacían sombra, y una fuente en el centro que solía estar llena de monedas que lanzaban las parejitas cursis pidiendo que su amor fuera eterno. Aunque lo mejor de la universidad, eran las fiestas.
- ¡Sofía! - Escuché a mi madre chillar mi nombre desde la cocina - Levantate, llegas dos horas tarde.- Me levante a duras penas de la cama. Fui hacía el lavabo a lavarme la cara, me miré al espejo, Dios mío, parecía que llevaba días sin dormir. Me lavé la cara y seguidamente sin pensármelo dos veces me metí en la ducha. En cuanto salí me vestí, estábamos en pleno marzo, hacía mucho frío. Me puse unos tejanos azul marino, una camiseta de manga larga de interior y encima un jersey de lana granate y unas converse de tobillo blancas. Me peiné y me deserredé el pelo. Bajé a desayunar a la cocina.
- Buenos, dias. - Suspire con voz cansada.
- Ya era hora de que te levantases, ¿Te parece bonito? - Me regañó mi madre.
- Podría haberme quedado en la cama durmiendo, pero estoy despierta, demasiada fuerza de voluntad tengo. - Reí, y a continuación me preparé el desayuno, un vaso de café con leche caliente con azúcar , dejé el vaso en la pica de la cocina y cojí la mochila y las llaves de casa. Miré el móvil, no tenia ningún mensaje. Mejor. Salí de casa, y fui hacia la parada del bus, tenía que esperar diez minutos a que pasara el siguiente bus en dirección la calle Balmés. Volví a mirar el móvil y le envíe un mensaje a Leire.
Sofia 10:47
Leire ¿Qué me he perdido en clase? Hasta ahora.
Miré FaceChat, me habían etiquetado en varias fotos, iba a matar a quien las había subido. Las miré todas y me llegó una notificación.
Leire 10:50
No te has perdido nada del otro mundo, el de redes no ha venido y nos hemos ido a la cafetería, hasta ahora Sof.
Guardé el móvil pero no sin antes mirar la hora. El bus estaría apunto de llegar.
Cuando subí al bus me senté y me pase todo el trayecto mirando por el ventanal del bus. Cuando llegamos me bajé y fui hasta la puerta de la universidad. Allí me esperaba Leire.
-Mira la fea que va por ahí- Dijo Leire mientras me saludaba.
-Hola a ti también.- Dije mientras reía.
- Que cara de muerta llevas- Contestó mientras íbamos en camino de clase.
-Calla, no recuerdo nada de lo que pasó ayer.- Dije lamentándome.
-Yo te lo explico si quieres- Me contestó algo seria.
-No estaría mal- Reí.
Mientras me lo iba explicando iban viniendo imagenes a mi de ayer. Dios mio. No iba a volver a beber. Estábamos en la puerta de clase, y alguien me tapó los ojos.
-¿Quién soy?-Me preguntó una voz extraña.
-Quitame las manos de la cara- Le contesté algo enfadada.