capítulo único

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N/A: Los personajes de "Inuyasha" no me pertenecen, pertenecen a la Mangaka Japonesa Rumiko Takahashi pero la historia en la que se van a desarrollar es completamente de mi autoría por lo que no permito ningún tipo de copia o plagio, la imágenes del edit de la portada tampoco me pertenecen créditos a sus respectivos autores.

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-¿Ya lo viste Kagura? - Preguntó la chica de ojos cafés y cabellos negros a su mejor amiga.

-¿A quien?- Respondió la aludida con un gesto confuso mientras dirigía su mirada rojiza a sus alrededores.

-¡Ay! ¿Que acaso estas ciega? En el salón de belleza. Mira a ese estilista, el de cabello plateado ¡está súper guapo!- Dijo emocionada.

-¡Por Kami Tsubaki! De seguro es gay, todos los estilistas hombres lo son.- Respondió con desánimo.

-No puede ser Kagura ¡no sabía que te dejabas llevar por estereotipos estupidos como ese! La profesión de una persona no define su orientación sexual- Tsubaki la miro enfadada y Kagura bajo la mirada avergonzada. Su amiga tenía razón.

-¡¡Oh por kami Kagura mira viene hacia nosotras!! Disimula.- Dijo mientras fingía mirar  ropa de alguna estantería cercana.

-Disculpen señoritas, si van a hablar sobre la orientación sexual de los estilistas tengan la decencia de hacerlo en otro lugar o al menos hablen en voz baja, nadie a preguntado por sus opiniones respecto al tema, que tengan buen día.- Ambas mujeres se quedaron con la boca abierta, el hombre era guapo, muy guapo, debía medir 1.90 cm más o menos, ojos dorados, cabellos plateados, facciones finas y por si fuera poco ¡¡un cuerpo y una voz de infarto!! Pero lo que tenía de guapo lo tenía también de intimidante.

Después de salir de su pequeño estado de shock ambas mujeres se fueron casi corriendo y muy avergonzadas.

Él se quedó observándolas hasta que las perdió de vista, suspiró silenciosamente mientras negaba con su cabeza y regresaba a paso lento hacía el salón de belleza.

-¿Ya espantaste a las zuripantas esas Sesshy?- Preguntó con un tono tan agudo que alcanzaba la irritación.

-Jakotsu ya te he dicho que no me digas así.- Jakotsu era uno de sus compañeros de trabajo...y el más fastidioso cabe destacar pero tenía un talento innato para atraer clientes, su personalidad extrovertida era muy eficiente, a diferencia de él que se la pasaba serio la mayor parte del tiempo y solo se limitaba a hacer su trabajo.

-¡Uy esta bien! Señor gruñón. Por cierto, Midoriko agendo cita para la pequeña Rin, ya deben estar por llegar.- dijo mientras agitaba una lata de fijador y miraba el reloj colgado en la pared.

-Hmp.- Se limitó a responder con su típica muletilla, aunque por dentro estaba feliz, Rin era una de sus clientas preferidas, una hermosa niña de 8 años de cabellos negros y ojos cafés era amiga de su hijo y su sobrino por lo que solía frecuentar la casa para jugar con ellos.

Su madre Midoriko también le agradaba, era madre soltera ya que su novio  la abando cuando se enteró de su embarazo, sin embargo, ella salió adelante con su bebé y ahora es una mujer exitosa y una gran madre.

-¡¡¡Señor Sesshomaru!!!!- Y Aquí entraba el rayito de felicidad dando saltitos alegres mientras intentaba que su flequillo no le estorbara en los ojos.

-Buenas tardes Sesshomaru ¿como te ha ido?- Preguntó Midoriko con una bella sonrisa igual que siempre.

-Bien, gracias. -Se limitó a responder mientras acomodaba a Rin en una de las sillas.

-Imagino que ya sabes que hay que hacer ¿no?- Preguntó mientras veía a Rin mirarse su dentadura mueca en el espejo.

-Hay que arreglar el flequillo y despuntar el cabello ¿lo quieres corte en V, Recto, o en capas?- pregunto alistando los materiales necesarios.

Mi esposo, mi estilista |Sesshome|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora