ANTERIORMENTE
Los padres de Momo no solo estaban enojados con los héroes sinó también muy tristes por Momo e izuku quien se arriesgo demasiado solo para que su hija estuviera bien.
ACTUALEMENTE
Momo, con los ojos aún enrojecidos por el llanto, se sentaba entre sus padres, buscando consuelo y apoyo en ellos. Su corazón aún estaba destrozado por lo que había sucedido con Izuku, y la tristeza y la rabia se entrelazaban en su interior.
"Papá, puedo hacerte una pregunta", dijo Momo, rompiendo el silencio que reinaba en la sala. Su voz temblaba ligeramente, revelando la emoción que la embargaba.
Su padre, un hombre maduro y sabio con cabello gris y ojos bondadosos, se volvió hacia ella con una expresión de interés. "Claro, hija, dime qué pasa", respondió, mientras tomaba su taza de té, que acababan de traerle. El aroma del té flotaba en el aire, creando un ambiente relajante que contrastaba con la tensión emocional que reinaba en la sala.
Momo respiró profundamente antes de hacer su pregunta. "Es cierto que tú le debes favores a Izuku", preguntó, aunque ya sabía la respuesta. Quería ver si su padre le diría la verdad, si le confiaría los secretos que guardaba sobre su relación con Izuku.
Su padre dejó la taza en la mesa y la miró con curiosidad. "Eh, sí es cierto", admitió con una sonrisa leve. "Pero dime, hija, ¿quién te dijo eso?" Su voz era suave y tranquilizadora, pero Momo detectó un destello de curiosidad en sus ojos.
"Izuku me lo dijo", respondió Momo, mirando al suelo. Su voz se quebró ligeramente al mencionar el nombre de su amado. "Yo llegué a pensar que podrías creer que lo que te dijeron era verdad." La tristeza y la inseguridad se reflejaban en su rostro.
Su madre, una mujer elegante y cariñosa con cabello negro y ojos cálidos, se inclinó hacia adelante, con una expresión de ternura. "Ay, hija, cómo vamos a creernos eso si nosotros sabemos cómo es Izuku y cuántas veces nos ha ayudado", dijo, mientras tomaba la mano de Momo entre las suyas. "Además, ¿cómo vamos a creer en alguien que ni siquiera te conoce, hija?" Su voz estaba llena de convicción y amor.
Momo se sintió abrumada por la emoción y dijo con tristeza: "Lo siento." La culpa y la inseguridad la estaban consumiendo, pero sus padres estaban allí para reconfortarla.
"No te preocupes, hija", dijo su madre, abrazándola. Su padre se unió al abrazo, envolviendo a Momo en un cálido y reconfortante abrazo familiar. En ese momento, los tres se sintieron unidos, compartiendo el dolor y la tristeza por lo que había sucedido con Izuku, pero también compartiendo el amor y el apoyo que los unía como familia.
En ese abrazo, Momo encontró un refugio temporal para su dolor y su tristeza. Sabía que sus padres estarían siempre allí para ella, apoyándola y amándola sin importar lo que pasara. Y en ese conocimiento, encontró la fuerza para seguir adelante.
TÁRTAROS.
En el oscuro y misterioso reino de Tártaros, tres figuras emergían de las sombras.
Al frente, un chico con cabello verde caminaba con paso seguro, liderando a sus compañeros.
Detrás de él, un viejo con una larga barba blanca y una cicatriz prominente en su ojo izquierdo, vestido con un traje de prisionero desgastado y sucio, y un montsuki que parecía ser su compañero constante, avanzaba con una mirada sabia y experimentada.
A su lado, un joven de unos 20-23 años con un tatuaje de un león en su brazo derecho y una pequeña cicatriz en su mejilla, caminaba con una expresión de frustración.
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La Traición me hizo darme cuenta de cómo eran de verdad.
ActionDespués de la traición, Izuku Midoriya pierde su fe en el mundo de los héroes. Encerrado en la prisión de máxima seguridad de Tartaros, Izuku lucha por sobrevivir. Pero con el amor y apoyo de su novia Momo Yaoyorozu y su hija adoptiva Eri, Izuku enc...