Tú eres maravilloso.

𝐓𝐮́ 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬𝐨. ( Parte 1)

―¡Deja ya de compararte conmigo!―


Era la primera vez en que Langa levantaba su voz contra Reki, al menos de una manera tosca, pero la desesperación e impotencia se apoderó de él tras escuchar la forma despectiva y pobre en la que el pelirrojo se expresaba hacia si mismo. No podía, simplemente era algo que Langa no podía soportar. El tono fuerte y visiblemente molesto en el oji-claro ocasionó que Kyan quedase momentáneamente enmudecido, observando incrédulo al joven canadiense, incluso tragó saliva de manera seca antes de poder decir algo más y, simplemente desvió la mirada sobre uno de sus costados. Ante el silencio de Reki, Langa prosiguió.

―¡Tú eres un Skater increíble, Reki! ¡Si yo he logrado llegar hasta donde estoy ahora ha sido gracias a ti, a tus enseñanzas, gracias a tu pasión con la que día a día me mostrabas lo maravilloso que es el mundo del patinaje! ―

Empuñó ambas manos con fuerza, concentrando toda esa rabia en sus puños, en su mandíbula, estaba molesto pero no contra el de cabellos escarlata sino consigo mismo por no haberse percatado del enorme daño que había estado ocasionando en su amigo, desconocía aquel lado vulnerable de Reki, el que fuese tan inseguro ¿Cómo adivinarlo? el nipón siempre se mostraba tan optimista frente a éste, siempre sonriendo de manera radiante como si no existiera preocupación alguna en él y, todo ese brillo poco a poco había estado consumiéndose, Reki había ahogado todos esos gritos de angustia y dolor solo para si mismo. Había estado sufriendo en silencio y eso Langa jamás se lo iba a perdonar. Era culpa de él, no podía dejar de sentir ese peso dentro de su pecho. ―Reki es Reki...y él ya es maravilloso de esa manera; no necesita compararse con otras personas... ― Su voz se quebró al tiempo que una sonrisa herida curvaba sus temerosos labios. Su mirada cristalina se fijó en el ajeno aunque éste ultimo aun rehuía el encuentro visual. ―...gracias a ti volví a sentirme vivo después de tanto tiempo...me mostraste un mundo más allá de la nieve, del dolor, de la tristeza, de los limites...¿Por que no puedes ver lo increíble que eres?... ― Su voz había ido debilitándose con cada palabra, no soportaba el estar siendo evitado un segundo mas, justo ahora incluso Reki se negaba a mirarlo.

―ADAM es...

―¡A mi no me importa ADAM, me importas tú!

Esto ultimo logró que el japonés espabilara, su rostro se elevó de golpe dirigiendo finalmente su incrédula mirada color ámbar hacia la figura del canadiense. Reki quedó perplejo, sus labios se entreabrieron pero no logró gesticular palabra. Por supuesto aquello le ocasionó una extrañeza enorme pues Langa había mostrado un interés bastante peculiar en aquel sujeto, en ADAM.

―Langa...

Apenas y balbuceó el nombre ajeno cuando fue interrumpido.

―¡El Snowboard dejó de tener sentido cuando mi padre ya no estuvo a mi lado! ¡No quiero que pase lo mismo nuevamente, perdí a mi padre y no quiero perderte a ti también! ¡Patinar es divertido por que lo hacia contigo! ¡Estar en S era divertido porque lo hacia contigo! ¡Yo estaba feliz porque estaba contigo! Por favor...deja de evitarme...Reki...deja de evitarme...si no es contigo, nada está bien...

Fue todo un torrente que salió disparado sin piedad alguna, ambos estaban rotos, dolidos, con una necesidad inmensa de poder vomitar cada maldito sentimiento albergado en sus corazones. Y entonces el peli-azul terminó de estallar, se rompió por completo, estaba suplicando, mendigando, pero nada de eso le importaba si lograba retener a Reki a su lado, su mirada se cristalizó, sin poder contenerlo, un par de lagrimas escaparon de sus ojos como si de pequeños y suaves copos de nieve se tratasen, deslizándose tiernamente sobre sus pálidas mejillas. La idea de perder a Reki lo aterrorizaba por completo; Langa jamás había fraternizado a tal grado con alguien pues siempre había sido un chico por demás reservado, llegando incluso a parecer " raro " hacia algunos de sus compañeros, Reki era su primer amigo, su primer sonrisa después de la muerte de su padre, alguien a quien admiraba profundamente y la idea de que algún día desapareciera de su vida lo llenaba de angustia. No, Reki representaba algo mucho más fuerte para él y no podía seguir negándoselo, al menos a él mismo.