CAPITULO III

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El frio y la humedad la despertaron del todo.

Atada al cabecero de la cama y posicionada en el lado izquierdo, giró la cabeza a su derecha.

Se encontró de frente con la cara sudorosa del malnacido.

-Hola Liv, por fin despiertas-la sonrisa sardónica le desfiguraba el rostro-ya pensaba que iba a tener que empezar sin ti.

Al decirlo se apartó del campo de visión de la detective

-¿Que te parece?

Olivia abrió los ojos, en una muda expresión de sorpresa e incredulidad.

Amanda se hallaba tumbada a su lado, igual de atada que ella, pero completamente desnuda y con las piernas abiertas atada por los pies al travesaño de madera de la parte baja de la cama

Olivia se removió con rabia, intentado sin conseguirlo desatar la atadura de sus muñecas

Lewis río cruel, al ver sus vanos intentos

Se acercó a ella y quitó la mordaza que tapaba su boca

-Voy a matarte maldito hijo de puta-le espetó con rabia

-Eso será, mi querida Liv, si sales viva de aquí.

Empezó a desnudarse lentamente

Primero el jersey, cinturón, pantalón, ropa interior...

Olivia apartó la vista y la clavó en Amanda, que seguía dormida.

Lewis se colocó encima de las piernas separadas de la rubia.

Estando así, empezó a acariciar su sexo.

-Hum...

Olivia sollozó sin poder evitarlo.

Lewis al escucharlo sonrió con placer

Poco a poco se fue tumbando encima del cuerpo inerte y colocó su miembro erecto en la entrada

-Nononono-la suplica fue subiendo de tono-No, no lo hagas, no lo hagas

-Ya sabes que haría cualquier cosa por ti...-el tono irónico hizo que Olivia parara su súplica y le mirara con odio-...pero esto es demasiado tentador y goloso como para poder contenerme. Lo siento

Mirando a Olivia, embistió con todas sus fuerzas y sin miramientos a Amanda penetrándola todo lo que pudo

Su grito de placer salvaje se mezcló con el que salió de la garganta de Olivia

Lleno de rabia, impotencia y dolor.

-Nononono

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Olivia se despertó gritando, todavía con los ecos de esa pesadilla metidos en la cabeza.

Amanda rodeó su cintura en un gesto protector

-¿Qué te pasa?-preguntó en un susurro

-Perdóname

Los vestigios de la pesadilla hicieron que se sintiese mareada y con un creciente deseo de vomitar.

-Liv, ¿Qué ocurre?

Salió de la cama, fue corriendo al servicio y entró cerrando tras ella

Amanda lo oyó, mientras se acercaba a la puerta

Llamó débilmente y abrió la puerta quince centímetros, encontrando a Olivia arrodillada y con la cabeza casi metida en el inodoro

La rubia se acercó por detrás y acariciando su espalda, puso su mano cálida en la frente de la morena.

PERDONAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora