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Louis: 17

Harry: 15

Harry se había acostumbrado a ver a Louis menos que antes. Harry era un estudiante de primer año y Louis estaba más que ocupado con el fútbol. A pesar de lo que Louis podría haber pensado, Harry estaba en cada juego, animando a su jugador favorito desde las gradas. Louis solía ser consciente de la presencia de Harry, pero no era frecuente que lo reconociera. Harry estaba de acuerdo con eso mientras Louis estuviera feliz.

Fue a la mitad de la temporada cuando Louis se lesionó. Harry estaba en la segunda fila de las gradas con Niall a su lado cuando Louis cayó al suelo agarrándose la espinilla. Fue demasiado rápido para que alguien realmente lo agarrara, pero era seguro que fué pateado con bastante fuerza.

En el momento en que cayó al suelo, Harry estaba en el campo, corriendo para llegar a su lado. La única otra persona cerca de ellos era un árbitro.

"Louis," jadeó Harry con los ojos muy abiertos. "¿Estás bien?"

Louis siseó de dolor, sus ojos cerrados con fuerza. Solo los abrió cuando escuchó esa voz familiar, "Harry. Gracias a Dios que estás aquí ".

Harry sintió sus ojos llenándose con lágrimas, como si pudiera sentir el dolor por si mismo, "¿Cómo te sientes?"

"Duele mucho," Louis intentó respirar entre palabras, jadeando por aire en su lugar, "No creo poder levantarme."

Harry negó con la cabeza y miró a su alrededor en busca de ayuda. Miró al árbitro con dagas en los ojos, "Eso fue una falta. ¿No vas a hacer nada al respecto?"

El árbitro se encogió de hombros mientras el entrenador se aproximaba a los chicos acurrucados.

"Vamos, sal de la cancha", ladró el anciano, enviando una pizca de odio a través de la columna vertebral de Harry.

Harry giró los ojos y volteó a ver a Louis, cuyo color había desaparecido por completo "Ven, Lou, pon tu brazo alrededor de mi, te ayudaré."

Louis asintió y pasó un brazo alrededor de los hombros de Harry. El chico más joven se puso de pie lentamente, sosteniendo a Louis con los brazos alrededor de su cintura. Caminó pacientemente mientras el chico más bajo cojeaba hasta los bancos, con un dolor punzante que recorría toda su pierna.

"Voy a llevarte al hospital." Dijo Harry decisivamente.

Louis tragó y sacudió la cabeza frenéticamente "¡No! Es solo un esguince. Llévame a casa y le pondré hielo. Estaré bien."

Harry empujó a Louis hacia su pecho cuando llegaron oficialmente al margen de la cancha "Louis, prefiero saber que estás bien-"

"Quiero irme a casa" Louis protestó enterrando su rostro en el hombro de Harry. "Tu casa."

"Sí" suspiró Harry "No tengo trabajo hasta mañana más tarde. Te cuidaré."

"Gracias," Louis sonrió, olfateando e intentando ocultar el ardor en sus fosas nasales. "Por cierto, estoy orgulloso de ti por saber que fué una falta".

Ambos chicos rieron entre dientes y empezaron a avanzar hacia la salida. 

Como si fuera una señal, Niall corrió a su lado palmeando a Harry en el hombro, "¿Estás listo para irnos?"

Harry asintió, "Si no te importa, nos vendría bien que nos llevaras a casa".

Niall sonrió y sacó sus llaves "Solo estaba aquí por ti, amigo. Vamos, los recogeré a los dos en la puerta."

Louis ladeó la cabeza hacia Niall, quien no se dio cuenta y ya se encontraba caminando hacia el auto. Miró a Harry, quien se encogió de hombros con desinterés, aunque nunca podría ser indiferente a nada cuando Louis estaba cerca. Ayudó a Louis a llegar a la puerta principal y continuó sosteniéndolo todo el tiempo que esperaron a Niall.

"No tenías que dejar el juego por mí" murmuró Louis. "Así que gracias."

Harry se sonrojó ferozmente y tiró del dobladillo de su camisa, "De todos modos, solo estaba ahí para ti".

Louis sonrió para sí mismo, mirando hacia abajo tratando de ocultar su fascinación hacia esa confesión.

"Así que estuviste aquí para mí, y Niall estuvo aquí para ti", Louis sonrió con confianza entonces, pasando su pulgar suavemente a lo largo de la columna de Harry. "Soy un chico especial".

"Sí" sonrió Harry. "Realmente lo eres."

Su momento tranquilo y cómodo fué interrumpido repentinamente por una sacudida de agua fría que les fue rociada desde un automóvil que pasaba.

"¡Maricones!" Una voz gritó entre risas cuando el culpable desconocido sacó su pistola de agua por la ventana.

Harry miró a Louis cuidadosamente mientras el rostro del mayor decaía, las inseguridades que Harry sabía que estaban escondidas en lo profundo comenzaban a salir a la luz de nuevo.

Antes de que ninguno de los dos pudiera decir algo, Niall estaba haciendo sonar la bocina levemente indicándoles que subieran al auto.

Louis se mantuvo alejado de Harry durante todo el viaje en auto y rechazó cualquier ayuda desde el asiento trasero cuando llegaron a la casa.

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You and me are the lucky ones this time. | Traducción L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora