Capítulo 3

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actualizado 09/08/16

Mario se acercó a mí me quito la incómoda cadena de los pies y se fue junto con Mau, me encamine a el baño, este era normal pero muy espacioso, opte por bañarme, ya que hace algunos días no lo hacía, me coloque frente al espejo, tenía una imagen espantosa, comencé a quitar con cuidado mi blusa ya que me dolían las costillas, fue ahí que me di cuenta que mi blusa estaba llena de sangre, mire y tenía una pequeña abertura a un lado de mí, moje un poco de mi blusa y la moje, con suma delicadeza limpie mi herida, obviamente no quería que se me pusiera peor. Camine a la ducha y la encendí, deje correr el agua caliente y me coloque debajo de ella, aguante el dolor que provocaban mis costillas y su herida y me bañe. Al salir de la ducha vi toda clase de maquillaje frente al espejo, antes no estaba ahí. No solo había maquillaje, una rizadora, una secadora y una plancha. Lo primero que hice fue buscar algún botiquín de primeros auxilios, y gracias a dios este se encontraba debajo del lavabo, saque una pequeña venda y me la coloque. Ya no sentía tanto dolor ahora. Ahora un poco indecisa pase mis dedos por mi maquillaje, temía tocar alguno. Si no me apuraba posiblemente Mario se enojaría conmigo así que comencé a hacerlo, detrás de mí había un porta-trajes color negro, así que en cuanto termine con mi maquillaje y peinado lo abrí. Era un bellísimo vestido rojo, comencé a ponérmelo en cuento tocaron la puerta.

- Date prisa necesitamos llegar ya – hablo del otro lado de la puerta

- Aun no – conteste, es que no quería salir aun.

- Te daré diez segundos para que salgas de ahí, si no ya...

No pudo concluir ya que por temor abrí la puerta, puedo decir que tal vez lo vi abriendo su boca al verme o tal vez fue algo óptico ya que rápido se recompuso. Mario movió levemente la cabeza y tomo mis manos para amarrarlas, y después tomo mi cabeza y coloco una máscara que me impedía ver algo.

P.D.V Mario

Tome del brazo a Danna e hice que caminara, la conduje hasta llegar al auto en donde la subí. Teníamos que llegar a las cena en "honor" a ella que había organizado "El Mono". A esta cena iríamos todos los que trabajábamos para él, es algo que se hacía muy seguido.

- ¿A dónde iremos? – pregunto

- ¿acaso nunca te callaras?

- Lo siento – guardo silencio - ¿Por qué tengo que ir yo?

- Así lo ha pedido

- ¿Quién?

- Mono

- ¿Quién?

- Mira te he dado demasiada información, mejor cállate y deja de preguntar ¿quieres?

P.D.V Danna

Guarde silencio lo que quedo de camino, que al parecer no fue mucho ya que en menos de unos minutos el auto se estaciono, no pronuncie palabra alguna hasta que Mario me dijera.

- ¿acaso no preguntaras si hemos llegado ya? – note el pequeño tono burlón en su voz.

Pero por mi parte no obtuvo ninguna respuesta. Una puerta se abrió y segundos oí el golpe que me dio a entender que se encontraba ya cerrada, la puerta de mi lado se abrió haciéndome sentir la fría brisa que corría, Mario tomo mi mano y me ayudo a bajar del auto y luego cerró la puerta. Caminamos algunos metros más de distancia y llegamos al calor de una casa, ahí dentro ya no corría tanta brisa, Mario me quito mi máscara y la colgó en un perchero junto a otras tres más.

Nos adentramos un poco más a la casa y ahí se encontraban otros hombres, saludamos a unos y Mario recibió una especie de señal y me condujo a una habitación en la que había más chicas.

- Les dejo aquí, ella se llama Danna – hablo Mario.

- Creo que puedo presentarme por mi cuenta – hable molesta.

El me ignoro y salió de la habitación.

- Hola – dije algo tímida.

- Hola linda – me saludo una castaña, que se veía mayor a las demás.

- Oye sé que puedes estar un poco asustada, pero no mordemos. Lo juro – dijo una pelirroja

En la habitación demasiado elegante por cierto en la que nos encontrábamos había tres chicas. Una linda pelirroja de ojos grandes y verdes, una de cabello color Azabache y ojos color esmeralda, una linda castaña con ojos profundamente cafés. Las tres eran realmente lindas para el gusto de Danna y de cierta manera se le hicieron agradables.

- Creo que te debes sentir un poco confundida – dijo Flor, la castaña.

- Estoy más abrumada, no se lo que en realidad sucede.

- Cariño deja que yo te lo explique – hablo la de cabello azabache – es algo complicado, si, tu eres la nueva, nosotras tenemos un poco más de dos meses aquí, te secuestran y maltratan la primer semana, lo que sigue es más relajado. Aunque no quita lo perturbador que puede ser. Buscan un mejor postor para ti. Ya sabes alguien que de un buen dinero o que le convenga al jefe.

- El Mono – susurro Mafer, la pelirroja.

- Hay algunas salidas, puedes conquistar o meterte con alguno de tu secuestradores, dales sexo y ellos serán meno malos contigo – me guiño el ojo Flor.

- Hay que admitir que todos los secuestradores se caen de buenos – hablo Mafer.

- Es algo que acepto – dijo Paty.

Lo que nos restó de tiempo juntas me dijeron que después de la primer semana todo iba a cambiar, mencionaron algo de vivir juntas.

Enamorada de mi secuestrador || Mario Bautista || Terminada (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora