Plot
Tras la batalla contra los titanes, Zeus dividió el mundo con sus hermanos. El cielo lo gobernaría él Dios del trueno, de los mares se encargaría Poseídon y Hades reinaría el Inframundo.
Asi fue como Zeus y las deidades restantes ocuparon el Olimpo, donde vivían en sus gigantescas mansiones de cristal, y aparte de la tierra, a la cual bajaban de vez en cuando para visitar a algún que otro mortal.
Las visitas recurrentes a la tierra provocaron que algunos de estos dioses se enamoraran perdidamente de ciertos mortales y de su unión nacieran los semidioses.
Los semidioses, hijos de un Dios y un mortal vivirían con las deidades en el Olimpo y serían entrenadas sus habilidades como con los demás dioses.
Con el pasar del tiempo, estos semidioses se convertirían en jóvenes poderosos y muy respetados, casi al igual que sus progenitores, un gran ejemplo de esto era Millie, hija de Atenea, que seguía los pasos de su madre con una destreza envidiable y en la actualidad eran toda una admiración entre sus pares, parecía que en el Olimpo reinaría la paz para siempre, pero pronto iba cambiar.
Así como existía la unión entre un dios y un mortal, de igual manera existía la unión entre dioses y de esta nacería otro dios, así nacería Finn, de la unión entre Hades y Perséfone.
Mientras Millie y sus amigos crecían rodeados de halagos, admiración y se hacían ver como los niños más lindos de la tierra y el Olimpo, Finn también crecía, rodeado, pero de los enormes muros que ocupaban su castillo en el Inframundo.
Y así fue como Finn pasó la mayor parte de su infancia, rodeado solo de sus padres y Cerbero, el perro de tres cabezas que custodiaba la entrada al mundo de las tinieblas.
Aburrido, muchas veces se escabullía a la tierra, y fue en una de esas veces en las que caminando por el Panteón Griego los vio. Eran Millie y sus amigos, los semidioses reían y se burlaban de un mortal mientras él los observaba escondido.
Desde ese entonces, cada vez que nombraban a los susodichos comenzaba a sentir un fuego que le recorría el pecho y le quemaba la garganta, como se llamaba? Ah, sí, DESPRECIO, con una pizca de rencor!
Finn creció escuchando cuán fantásticos eran esos engreídos y como todo el mundo admiraba sus grandes hazañas.
Tonterias, si solo supieran que él era más poderoso que cualquiera de ellos.
Fue así como un día, sin soportar escuchar otra palabra más de ellos, Finn declaró a Hades que dejaría el Inframundo y se iría al reino del cielo, donde podría ocupar el lugar que le pertenecía, lugar en el cual Zeus había aclarado que siempre sería bienvenido.