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Dicen que del amor al odio hay un solo paso, y es posible que sea cierto, cuando le dijeron que iba a ser trasladado nuevamente a su país natal, Doyoung estuvo chillando de alegría, dejaría Suiza atrás, aunque el país le había tratado con tanto amor, Doyoung quería regresar a sus raíces, sentirse en su hogar, estar rodeado de extranjeros le había hecho sentirse solo por mucho tiempo.

Y cuando descubrió que el jefe de su departamento no era nada más que John Suh, el prodigio que se había formado en Estados Unidos, que había realizado misiones en Corea a través de programas de protección, que finalmente había recibido honorarios en el país y que ahora era jefe de una de las centrales más importantes.

—finalmente—se dijo a si mismo cuando llegó a su escritorio.

Estuvo toda la semana delirando sobre su primer día, el presentarse con John, unirse a un equipo, tener su primer misión, había probado su arma reglamentaria tantas veces, procurando que este limpia e impecable, que no falle, sus documentos, sus conexiones, tenía todo listo.

Pero cuando creyó que iban a hacerlo pasar a la oficina de John, un hombre de cabello castaño y mirada desinteresada le dejó una pila de papeles sobre el escritorio.

—Nakamoto Yuta, seré tu jefe, revisa los túneles de las tuberías, necesito que encuentres todas las entradas y salidas que den hacia el norte. Bienvenido, si puedes tráeme un café—el hombre se fue y Doyoung se quedó viendo los papeles.

—creo que hay un error—decidió decir cuando entro a la oficina de Nakamoto con una bandeja, le llevaba café y un pastelito, siempre preparado  para dejar una  buena impresión—vengo preparado para las misiones en campo, no soy parte de la oficina, aunque por supuesto, tengo muy en claro la planificación de misiones, ha sido un trabajo que realice en mis años de aprendiz pero actualmente me desenvuelvo en el campo.

Doyoung dedicó una sonrisa suave pero Nakamoto solo suspiró—el jefe Suh te envió aquí, no tengo nada que ver con el puesto al que haz sido transferido. Puedes quejarte con él pero no te lo recomendaría.

Bufó cuando salió de la oficina, este no era su puesto, se fue hecho una furia hacia la oficina del jefe, la secretaria allí lo miró desorientada pero ni siquiera se atrevió a anunciarlo porque Doyoung tocó la puerta y entró.

Allí estaba el jefe Suh, se suponía que cuando llegara, él tenía que darle la bienvenida, bien, no esperaba flores y comida deliciosa como cuando llegó a Suiza pero por lo menos un saludo.

—detective Suh—se obtuvo a decir.

El hombre de cabellos castaño caramelo y mirada suave le miró curioso—detective Kim. Veo que ha llegado en condiciones.

Doyoung se dio cuenta de lo que había hecho y la pena lo carcomio, se enderezó e inclinó ligeramente—lamento la interrupción, pero he sido añadido a un sector incorrecto.

—no, yo te he enviado allí—aseguró el directive, levantándose de la silla—Kim hace años que no haz estado en Corea, no es el mismo lugar que cuando te fuiste, está bien para ti comenzar desde la oficina—el hombre se acercó y posó una mano en su hombro—¿me traes un café antes de regresar a tu sector?

Ya iban dos cafés en la mañana, no había comprado cafés desde sus años de aprendiz.

Esta humillación.

Su primer semana en Corea fue espantosa, no podía usar su vehículo por el tráfico asfixiante que había, su departamento no tenía calefacción y era pleno invierno, y la peor parte era que ni siquiera lo trataban como un empleado de su rango, el jefe Nakamoto lo había autodenominado su nueva secretaria, riéndose con todos los demás empleados del sector.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2021 ⏰

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Detective John- JohnDo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora