Miyake Kyoko regresa a Tokyo siendo la maestra de los de segundo año para enseñar a los jóvenes a volverse en fuertes hechiceros. Regresando a la escuela donde tuvo tanto recuerdos, se encontrara con alguien que tenia una relación que había desapare...
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Había llegado, después de unas horas de viaje, por fin se encontraba enfrente de la escuela donde estudiaría para convertirse en una hechicera y donde se encontraría lejos de su familia, no tendría que pasar día tras día escuchando los ruidos que causaban en su casa, especialmente la esposa de su padre.
Sin un rastro de emoción en su rostro entro a la escuela con sus cosas y revisaba el lugar con la mirada, no se escuchaba ningún ruido, ya que no son muchos estudiantes, es normal que sea una escuela tranquila, aunque no era por eso que estaba silencioso y tranquilo.
-Disculpe, ¿qué hace usted aquí?- escucho una voz masculino que salía uno de los edificios con una mirada de duda, ya que no esperaba ver a nadie ahí.
-Soy una de las nuevas estudiantes, Kyoko Miyake, mucho gusto- hizo una leve inclinación cuando se presentó.
-Sí, pero se supone que comienzas en cuatro días.
-Quería llegar antes para conocer mejor Tokyo- respondiendo, esperando que la aceptara, no era del todo mentira. Nunca había ido a Tokyo, por lo que le gustaría conocerlo antes de comenzar las clases.
-Entiendo, en ese caso. Soy el Director Yaga, déjame mostrarte su cuarto- igual que la joven, hizo una pequeña inclinación cuando se presentó para después girarse y mostrar el camino de la azabache a su nuevo cuarto donde viviría mientras estudiara ahí.
Después de mostrarle las instalaciones dejo a la joven para que se acomodara en su habitación, dejo su maleta a un lado de su cama y una mochila grande en su cama. Salió de su cuarto sin desempacar sus cosas, solo saco una pequeña bolsa donde metió su celular y una pequeña cartera. Quería mejor aprovechar el día caminando por la ciudad que acomodando sus cosas en su cuarto, eso sería algo que se encargaría mañana después de comprar algunas cosas que podría necesitar en su cuarto.
Entro a una tienda para comprar lo que necesitaba para su higiene personal, algo de comida y algunos trastes. Al salir de la tienda camino sin ningún rumbo, solo observando y conociendo el lugar donde pasaría viviendo.
-¿Le gustaría probar una de nuestras deliciosas crepas?- un joven apareció de repente obstruyendo su camino con una gran sonrisa y unos volantes en su mano.
-No, gracias- paso por el lado derecho del joven para seguir con su camino, pero este otra vez se interpuso en su camino.
-Insisto, apenas abrimos y tenes una promoción al 2x1- comento mientras le extendía uno de los volantes mostrando que la promoción era cierta, pero se le hizo algo tanto contarle esa promoción ya que estaba sola.
-Lo siento, pero como vera no vengo acompañada.
-No se preocupe, puede venir con su novio o con sus amigos otro día, la promoción durara lo que falta de la semana.
-Gracias- contesto con una sonrisa algo forzada y tomando el volante para no ser grosera con el chico que solo estaba haciendo su trabajo. Paso por su lado otra vez para alejarse de ahí, pero ahora había chocado con el brazo de alguien-. Lo siento.
