Mis ojos no ven mas allá de ti, y vivo anhelando que los tuyos no vean mas allá de mi. En melancolía se encuentra mi corazón, porque ya no me perteneces.
Sin embargo, este amor que te tengo ha traspasado años y años. Esperando a que en algún moment...
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Esta noche, entre llanto y desconsuelo te escribo.
Estoy esperando a que algún día me leas,
sé que ese día llegará, sé que me veras,
y nos amaremos de nuevo.
Lo haremos con tanta intensidad como antes,
y no habrá motivo para separarnos.
Porque ya somos parte del otro.
Hastío, Jueves 14 de Noviembre del 2019
Sé que no me estás buscando, pero yo lo hago. Noche tras noche, día tras día. A veces es difícil solo pensarte, pero con tenerte en mi cabeza, mi desastroso corazón se siente protegido.
Sé que no oyes lo que oigo, sé que no ves lo que veo, pero aún así quiero creer que estarás a mi lado cuando esté escuchando y viendo los murmullos del viento.
No soy bueno escribiendo, y mucho menos hablando, pero quería confesarte que aún así lo intento.
Jimin, mi desdichada vida no es lo que mereces, y observarte desde lejos es la condena que llevo dentro. Hoy te vi, tan espléndido, tan fornido y varonil. Mis ojos no son merecedores de contemplar tanta belleza, ¡Qué castigo cruel es el que llevo!
Apolíneo galán, eres la razón de mis suspiros; la razón de mis descontroladas palpitaciones en el corazón. ¿Cómo es que sigo vivo?
Tan solo una sonrisa tuya da motivo de alteración en mis sentidos, pero también, me hace sentir un completo cobarde; pusilánime. Que no es capaz de confesar la atracción que ya has causado.
Ya no hay motivo de vida en mi, pues una mosca es mucho más dichosa que yo, al poder posarse en tu mano. Ya no hay motivo de vida en mi, pues la brisa de la mañana tendrá el privilegio de tocar tu nívea piel.
¡Ya no hay motivo de vida en mi! Pero es verdad, no merezco estar aquí.
No sé si estoy vivo, pero contigo siento que sí. Solo verte, u olerte es motivo de salvación aunque no parezca. Solo saber que estás presente, es suficiente para darle razón a mi fraudulenta existencia.
Al verte, las piezas perdidas de mi corazón se vuelven a encontrar, eres la razón y motivo de mis pensamientos nefastos acerca de la vida y la muerte. ¡Oh, Park! Si pudiera detener el tiempo, lo haría sin remordimiento. Verte danzar a la luz de la luna es un regalo de los dioses, que llena de alegría mis entristecidos días. Así que detendré el tiempo solo esta noche, y a la diosa luna le confesaré mis secretos mas íntimos y perversos.
Quiero llamarte amor prohibido, pues eres quien ha enfurecido mi corazón en cuestión de pocos segundos. No sé si debo, amor mío. No sé si tu afable cariño sería capaz de pertenecerme.
