[ Nota; las palabras escritas en cursiva serán recuerdos de lo que sucedió en el pasado ]
–– te quiero mucho nami mu ––Yoongi decía asu hermano abrazándolo con fuerza, deseando con el corazón que no se fuera y se quedara con él–– cuídate mucho, ¿si?
–– y yo te quiero más, también debes cuidarte y no olvidar lo que haz prometido ayer
–– ¡Namjoon! ¡hijo es hora de irnos, por favor sube al auto ahora! ––ambos se vieron interrumpidos al escuchar la voz de su padre, a Seojoon parecía urgirle irse de ahí––
–– no lo olvidare, ahora debes irte o papá nos dará una regañiza
–– nos vemos pronto pequeño sol ––los ojitos de su hermano se veían opacados por las lagrimas acumuladas en ellas, no le gustaba verle así, pero no podía hacer nada al respecto––
Namjoon sonrió con dulzura antes de darle la espalda a su hermano, para después ir a donde su padre le esperaba, entró al auto y sin perder más tiempo, el chófer lo puso en marcha, los cortos años vividos en aquel lugar, los guardaría en su pequeño corazón.
Faltaba poco para que el sol iluminará anunciando la llegada de un día más, Yoongi dejo que sus lágrimas recorrieran sus regordetas mejillas, sus manitas estaban hechas puño, intentando contenerse, quería ir y detener a su hermano, pero era imposible.
En la sala se encontraba solo, el frío de la mañana abrazando su pequeño cuerpo, miró sobre su hombro, su madre le miraba silenciosa, cargando a su hermanita en brazos, quien dormía plácidamente ajena a lo que ocurría a su alrededor.
Hyesul le miraba sin expresión alguna que delatara su sentir en ese momento, parecía no importarle que le estuvieran alejando de uno de sus hijos. Ella limpiaría cada lágrima que su hijo derramara, también se encargaría de hacerlo menos llorón, como lo era en ese momento.
Todo había cambiado de una manera tan repentina.
"las mentiras suelen ser fieles y las verdades dolorosas, pero es preferible el dolor sin mal que el mal sin dolor"
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Conforme los años pasan, toda burbuja que de niños nos protege en una inocencia tan pura y libre de imaginación, se rompe, enseñándonos el mundo tal cuál es, creando con el pasar de los años a una persona a semejanza de lo vivido.
El silencio, para muchos sería tranquilidad estar sin ruido alguno a su alrededor, para otros, un recordatorio de lo vacía y solitaria que es su vida.
Observaba con detenimiento a su alrededor, las risas escandalosas de niños jugando no se escuchaban más, los juguetes regados por doquier no estaban, las mesitas no tenían golosinas amontonadas sobre ellas, el desastre que años atrás se veía por toda la estancia ahora solo quedaba como un vano recuerdo, todo se veía limpio, las paredes sin ninguna mancha o rayón, las alfombras impecables sin jugo que accidentalmente terminaba ensuciandolas.
