1. Cute little japanese.

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¡Hola mis bonitos lectores! ¿Qué es esta trama innecesaria? Bueno, esta historia existe gracias a CamiUzumaki316 porque hablamos tanto de omegaverse que acabe explotando con la idea. Debo confesar que esta no era mi trama original, de hecho me quedó el prologo hecho para otro fic, pero conozco a esta mujer y sé que esto le gustará, hice este prologo con mucho amor para ti, amor gay. 

Y la hermosa ilustración fue hecha por Josee Okumura, la vi en facebook y él tuvo la inmensa amabilidad de permitirme usarla, el dibujo es tan precioso que no pude resistirme a hablarle. Gracias por tanto.

Muchas gracias a quienes se toman el cariño para leer. ¡Espero que les guste!

¿Quién era él? Cabello dorado, piel de porcelana, jades relucientes, perfección de irrealidad

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¿Quién era él? Cabello dorado, piel de porcelana, jades relucientes, perfección de irrealidad. Él era el sueño americano dentro de esa facultad, una belleza para contemplar, ingenio que envidiar, corazones que romper y galantería que conquistar. El alumno más destacado de la facultad de medicina, el alfa de pueblo que logró enamorar a toda la ciudad con un solo suspiro, un misterio envuelto en una sonrisa galante.

¿Quién era él? Damas y caballeros: El lince de Nueva York.

Aunque a Ash Lynx le importaba una mierda su reputación, su mejor amigo no pensaba de la misma manera. Eiji Okumura agradecía la atención que los rodeaba, la admiración lo hacía esforzarse más en su recuperación, porque sí, era intoxicante tener a una multitud aclamando por el Fly Boy. Su carrera como estrella lucía prometedora gracias al fervor de los cielos. Por más que él quisiese al rubio, no lo entendía. Habían pasado cincos años desde que se conocieron y el petulante jamás había mostrado interés en una pareja, eso lo frustraba. A pesar de adorar la inspiración era humillante que las chicas lo abordasen en los pasillos para interrogarlo por tan hosca beldad. Le era común que lo acorralasen para quitarle el número del alfa o pedirle que le diese cartas de amor.

El más joven ni siquiera intentaba captar la atención, sin embargo, era imposible no quedar pasmado al verlo desfilar por los adoquines de la facultad, la manera en que el viento revolvía desde sus cabellos hasta sus pestañas era sublime. Al moreno le parecía ridículo que él no aprovechase semejante coquetería para ser un Don Juan.

¿Cuándo su soltería se convirtió en un problema?

Cierto, todo este drama se remonta a la generosidad de Frederick Arthur.

Pero los flashes lo hacían ver como un sueño ¿no?

—¿Ni siquiera vas a tratar de estudiar? —Vislumbrar molestia en tan aniñadas facciones era su placer secreto. Él amaba jugar con la paciencia de Eiji Okumura, sin embargo, era su culpa por ser así de encantador. Que irresistible era la manera en que su nariz se arrugaba por culpa de la cólera.

—No lo necesito. —La biblioteca de la facultad era el refugio para su amistad, la inmensidad de los ventanales le confería un aspecto mágico a la infinidad de los libreros —. Lo aprendí todo en clases. —El moreno lanzó un pesado bufido antes de dejarse caer sobre una pila de manuscritos.

Go for it, Ash.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora