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Hey! Por fin aparezco de nuevo ;) en vista de la tardanza, este nuevo capítulo es mucho más largo que un capítulo normal, así que está cargado de escenas y diálogos (y, claro, de cosas entre líneas que pasarán en esta historia o que son parte de otra).

*Es importante recordar que estamos viviendo la historia desde el punto de vista de Paige, su vida y lo que ella puede ver, pero que no se olvide que vive con otras personas que tienen su historia propia también. Eso genera que, de repente, algunas cosas no parezcan justificadas aquí, en este punto de vista, pero ya se darán cuenta*.

Gracias siempre por el apoyo. Sé que tengo meses sin publicar, pero me alegra mucho que sigan leyendo, comentando y guardando la historia en sus bibliotecas. Es muy importante para mí.

Resúmen del capítulo anterior: Drew y Benedetto empiezan una competencia por ver quién es más independiente; el partido de inauguración de Asaf; la madre de Asaf le entrega un boleto de regreso a casa a Paige; las cosas siguen tensas entre Boston y su casi algo con la chica de la cafetería; ¿qué pasará entre Dallas y Paige?

Ahora, antes de leer, los invito a comentar y votar.

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Eran las cinco de la madrugada cuando me levanté al día siguiente.

El partido de Asaf había estado más que reñido. La verdad, la inauguración fue bastante emocionante, pero no tanto como el juego. Nuestra universidad triunfó otro año consecutivo luego de un buen esfuerzo, y Asaf —que era el capitán del equipo— se alegró bastante cuando ganaron, al igual que el resto de la universidad y los jugadores como tal.

Dallas, Benedetto, Malik, Harper y yo fuimos los únicos en no ir a la fiesta de bienvenida. Tenía exámenes pronto y todavía no digería la noticia de la madre de Asaf, por lo que preferí quedarme.

Los otros se encerraron en sus habitaciones, sin más. Y a eso de las tres y media de la madrugada, creí escuchar al resto de los chicos llegar a casa.

Ví el reloj a un lado de la cama y pensé. Nunca me despertaba tan temprano, pero ese día fue diferente. Me levanté, me escabullí sigilosamente por la habitación de Drew y cepillé mis dientes —mi baño seguía en mantenimiento— para después bajar en pijama en busca de algo que comer.

Aunque la mansión permanecía tranquila y en silencio, me sorprendió encontrarme con Dallas y Asaf en la cocina. Ambos, desde la barra, voltearon a verme.

Y yo que creía que los chicos no se levantaban tan temprano.

—Eh... ¿Buenos días? —dijo el pelirrojo.

—¿Qué haces despierta? —se extrañó Asaf, soltando un bostezo—. ¿Tus clases no son más tarde?

Fruncí el ceño confundida cuando noté lo que hacían. Había un montón de libros, tazas de café y apuntes regados sobre la barra. No era difícil confundirse, sus letras eran muy diferentes. Ambos parecían hacer trabajos en sus laptops.

—No sabía que estudiaban a estas horas de la mañana —insinué, acercándome a la barra y ojeando un papel. Alcé una ceja—. ¿Escuela de medicina de Brown?

Asaf me miró. Era la primera vez que lo veía así de cansado. Incluso tenía ojeras marcadas bajo sus ojos.

—Estoy intentando entrar —comentó.

—¿En Brown? ¿Qué hay de la universidad de Atlanta?

—Si quedo en Brown, la dejaré —vió la confusión en mi mirada, por lo que siguió—. Es un poco pesado estudiar medicina en ambas, Paige; pero mis notas de secundaria son una basura, entrar sería prácticamente un milagro.

Asaf y la alerta de auxilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora