Melodía Al Corazón 𔘓 Shinsoukoku

Secuestrador, Idiota

Akutagawa?
Visto

Demonios ese tipo era persistente, no podía invitar a un desconocido a su casa, estába sólo con su querida hermana, y su gato no lo salvaría de ser secuestrado.

Apegado a la idea principal de enviarle un mensaje a tachihara, encendió su celular, al fin tener de amigo a Michizou iba a servir de algo.

Tachihara

Hola
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Hola bro!
Visto

¿Cómo estás?
Visto

Apunto de ser secuestrado
Visto

¿Qué?
Visto

Bro
Visto

¿estás bien?
Visto

Ven a mi casa si quieres salvar mi vida
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¿Qué demonios?
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Voy para allá
Visto

Satisfecho con la respuesta de Tachihara, se dedico a pensar cómo explicarle a atsushi que se había equivocado de mensaje.

La única vez que iba a ser cortez con el pelirrojo, se había equivocado de chat.

Lo pensó durante unos minutos y descartó la idea de fingir su muerte, cambiarse de nombre he escapar del país.

Claramente tenía que contestar los múltiples mensajes que aquel pianista le había dejado.

Al final decidió mandarle su dirección.

Qué estúpido.

Sus pensamientos fueron dispersados por un brusco toque en su puerta, lo cual no le sorprendió, Tachihara vivía unas cuantas cuadras cerca de su casa, así que por la rapidez dedujo que se trataba de éste.

- Tachihara - iba a hablar el azabache, mientras qué el contrario entró bruscamente.

- ¿Y Gin? - habló preocupado e interrumpiendo a Akutagawa.

- Estoy bien, gracias por tu preocupación - expresó con sarcasmo el contrario.

- Mierda Akutagawa, si sigues con tus estúpidas bromas me provocarás un maldito infarto. - pronunció notablemente alterado Tachihara mientras rascaba su nariz, la cuál estaba cubierta por una bandita.

- Sí, ya entendí -

- Para qué me trajiste -

- La maqueta, ¿la olvidaste? -

- Yo- - iba a hablar el de la bandita en la nariz, quién fue interrumpido por un golpeteo en la puerta.

- ¿Quién es? - preguntó a Akutagawa cambiando de tema .

- El secuestrador - contestó con naturalidad.

- Bro, no bromees así - dijo serio.

Sin contestar, el de mechones blanquecinos se acercó a la puerta para abrirla y encontrase con el pianista idiota.

- ¡Hola! - dijo irradiando emoción.