CELO

4.9K 338 9
                                    

Hola. 

No esperé que esta historia tuviera continuación, pero en AO3 me dejaron un comentario sobre la trama de una posible continuación y aquí estoy. 

Espero lo disfruten y recuerden que sus comentarios siempre son bien recibidos. <3 


***

En esencia el plan había sido bueno. Pero justo ahora Tony no podía pensar una sola razón por la que esto le había parecido remotamente una buena idea.

Después de pasar su celo y tras haber superado juntos un poco del posesivo actuar del lobo de Steve, ambos consideraron prudente en salir a tener una cita; hace tiempo que ambos no tenían algo como eso. Rodeados de misiones, trabajo en la empresa y los bebés, considerar tener algo privado estaba muy al fondo en su lista de prioridades, hasta que surgió esto.

Una de las principales razones por las que no salían juntos (o con sus hijos) no era más que la continua necesidad (obvia) de los bebes por comer, ingratos (por supuesto que no) o no, ellos pedían por el pecho de su padre Omega y nadie aquí les estaba negando nada. Al ser hijos de un hombre Omega, naturalmente necesitaban más cuidados y entre los muchos hallazgos que el ser humano había logrado hasta la fecha, se había encontrado que el comer de más era uno de esos «cuidados extra» que necesitaban (sumándole el metabolismo de super soldado que habían heredado de su padre, los bebés eran MUY demandantes).

Pero tanto Tony Stark como Steve Rogers se habían nombrado parte de la cabeza que lideraba la ola pro derechos Omega, y una de las luchas (que, dicho sea de paso, consideraban parte de las más absurdas, liderando la lista «¿Por-qué-demonios-se-sigue-teniendo-un-jodido-problema-con-esto-si-estamos-en-el-siglo-XXI?» después de que un Omega no enlazado también tiene derecho a abrirse una cuenta en el banco) era, el poder amamantar en la vía pública. Eso y la emblemática frase "Si tanto les molesta que miren a otro lado" dicha por el mismísimo Capitán América los llevó a la discusión que los había llevado a este momento.

Según Steve era como sumar 2+2. Ellos eran todo lo contrario a hipócritas y como héroes de la ciudad era su deber cívico demostrar que creían en lo que decían, y algo tan natural como dar de comer a sus hijos no iba a ser impedimento para que ambos tuvieran una hermosa velada.

Pero si le preguntaban a Tony, ellos si eran hipócritas (no en todas sus letras, pero algo). El conocía las lagunas en las frases publicitarias para buscar una aprobación general y decir "mirar hacia otro lado" era más fácil decir que hacer. Y él conocía lo suficiente a su esposo como para saber que, en el caso más inofensivo que sería recibir una mala cara, Steve no le pediría permiso a su deber cívico para ir a golpear al atrevido. O en un caso más burdo, no confiaba en que Steve no fuera la representación en persona de lo que todos los anti derechos alegaban en sus pancartas "levantan libido en zona pública"; porque precisamente controlar el lobo de Steve era lo que habían estado intentando hacer desde que pasó el celo postparto de Tony. Porque si le preguntan a Tony, incluir a los niños otra vez era un total "NO-NO"

Pero aquí estaban. Toda la familia Stark-Rogers en un restaurante esperando la cena. Steve actuaba como si todo estuviera bajo control, Tony sentía que tenía una bomba de tiempo en sus manos.

Los cachorros estaban de lo más tranquilos porque habían comido antes de salir de la torre, Tony los había arrullado y se veían con indicios de querer dormir. Si la suerte estaba de su lado, los bebés dormirían la mayor parte de la velada y todo pasaría sin inconvenientes. Pero ninguno tenía tanta suerte.

El mesero llegó, un puberto lleno de granos y tan torpe como parecía chocó la porcelana con las copas haciendo un estruendo que logró asustar a los cachorros y Tony tuvo que morderse la lengua para evitar decir "un lo siento no arregla nada" cuando el joven desesperado pidió disculpas.

CELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora